Por componentes, en febrero, la mayor contribución provino de los servicios, seguido de los alimentos, alcohol y tabaco, los bienes industriales no energéticos y la energía.
En concreto, los servicios se encarecieron un 3,7%, dos décimas menos que en enero, el coste de la energía apenas subió un 0,2%, frente a la subida del 1,9% del mes anterior, y los bienes industriales no energéticos aumentaron un 0,6%, una décima más. Mientras, el crecimiento del precio de los alimentos procesados, alcohol y tabaco se mantuvo en el 2,6%. Los alimentos sin procesar sufrieron un alza del 3%, en comparación con el 1,4% de enero.
Por su parte, la inflación subyacente, es decir, excluyendo del cálculo los alimentos y la energía, se mantuvo en el 2,6%. En toda la UE, la inflación anual fue del 2,7%, en comparación con el 2,8% de enero. Por países, las tasas anuales más bajas se dieron en Francia (0,9%), Irlanda (1,4%) y Finlandia (1,5%), mientras que las tasas anuales más altas tuvieron lugar en Hungría (5,7%), Rumanía (5,2%) y Estonia (5,1%). De las principales economías de la zona euro, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se moderó dos décimas en Alemania, hasta el 2,6%, se mantuvo en el 2,9% en España y en el 1,7% en Italia, y se redujo nueve décimas en Francia, al 0,9%.