De esta manera, la tasa general se sitúa una décima por debajo del dato adelantado, que inicialmente se había calculado en el 1,8%, y de la estimación prevista por el mercado.
La mayor contribución provino de los servicios, seguido de los alimentos, alcohol y tabaco, los bienes industriales no energéticos y la energía. De esta manera, el coste de la energía se abarató un 6,1%, después de bajar un 3% en agosto. Mientras, los alimentos frescos se encarecieron un 1,6%, cinco décimas más, el precio de los servicios subió un 3,9%, dos décimas menos, y los bienes industriales no energéticos registraron un alza del 0,4% anual, sin cambios frente a agosto.
Por su parte, la inflación subyacente, es decir, descontando el impacto de la energía y los alimentos, el tabaco y del alcohol, se moderó una décima, hasta el 2,7%, coincidiendo el dato con la estimación preliminar.
En toda la UE, la inflación se colocó en el 2,1% en septiembre, frente al 2,4% de agosto. Por países, las tasas anuales más bajas se registraron en Irlanda (0%), Lituania (0,4%), Eslovenia e Italia (ambos 0,7%), mientras que, por el contrario, las más altas se dieron en Rumanía (4,8%), Bélgica (4,3%) y Polonia (4,2%).