La mayor contribución provino de los servicios, aunque frenaron su incremento una décima, hasta el 3,2%. Los bienes industriales no energéticos se encarecieron tres décimas más, hasta el 0,8%. Por su parte, el coste de la energía se abarató un 2,4%, dos décimas menos que el mes anterior.
Mientras, en toda la UE, la inflación se situó en el 2,4% en julio, una décima por encima del mes anterior. Por países, las tasas anuales más bajas se dieron en Chipre (0,1%), Francia (0,9%) e Irlanda (1,6%). Por el contrario, las tasas anuales más altas tuvieron lugar en Rumanía (6,6%), Estonia (5,6%) y Eslovaquia (4,6%).
En cuanto a la tasa de inflación subyacente, es decir, aquella que excluye los precios de la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, se mantuvo en julio en el 2,3%.
En sus últimas proyecciones macroeconómicas, publicadas en junio, el BCE rebajó en tres décimas su previsión de inflación tanto para 2025 como para 2026. Así, estima que la tasa se situará en el 2% y el 1,6%, respectivamente. Para la tasa de inflación subyacente calculan que se situará en un promedio del 2,4% en 2025 y del 1,9% en 2026, prácticamente sin cambios desde sus anteriores proyecciones de marzo.
El pasado 24 de julio, el BCE decidió pausar los recortes de los tipos de interés tras siete bajadas consecutivas, dejándolos en el 2%.