Descarta convocar elecciones anticipadas como le viene exigiendo la oposición, que ve al presidente del Gobierno en una huida hacia delante desde hace mucho tiempo. Ni con su entorno familiar investigado por corrupción, ni con sus dos exsecretarios de Organización también investigados, uno de ellos en prisión, ni con el fiscal general del Estado a un paso del banquillo, ni con una mayoría parlamentaria cada vez más débil y sin tener presupuestos, e incluso con algunas voces críticas dentro de su propio partido, el dirigente socialista se plantea poner fin a la legislatura antes de 2027. «Las legislaturas duran cuatro años», zanjó en su última comparecencia de balance de fin de curso.
Sin embargo, todo ello sí parece dejar mella en su formación en términos electorales. Según refleja el promedio de encuestas de Electocracia elaborado a partir de los cuatro últimos sondeos realizados entre el 11 y el 24 de julio, el PSOE pierde más de un millón y medio de votos (obtendría en torno a 6.250.000 votos), hasta seis puntos respecto a 2023, con un 25,5 % de intención de voto, según la estimación hecha para una participación del 65 %. Traducido en escaños, si se convocaran en estos momentos elecciones generales, los socialistas obtendrían entre 106 y 108 diputados; alguno menos de los que le daba el promedio de encuestas hace diez días. Frente a él, hay un Partido Popular y un Vox que continúan en alza y podrían sumar hasta 202 escaños.
Tanto el partido de Núñez Feijóo como el de Abascal mantienen su tendencia de crecimiento. En el caso de los populares, suben hasta el 35,5 % (dos puntos y medio más respecto al 23-J), lo que supone una ventaja de 10 puntos sobre Sánchez. Obtendrían, de acuerdo con este último promedio de sondeos, en torno a 8.700.000 votos, es decir, ganarían algo más de medio millón, y entre 150-152 diputados.
El PP, que celebró hace ahora un mes su Congreso Nacional, ha activado el modo electoral. Feijóo ha señalado varias veces en las últimas semanas que si tras las próximas elecciones, sean cuando sean, hay un cambio de gobierno, la próxima legislatura no será «al uso», sino que habrá que «sanear la política», recuperar la normalidad política e institucional. Ha presentado ya su hoja de ruta para los 100 primeros días si llega a Moncloa y ha prometido derogar la ley de amnistía y la de memoria democrática entre otras normas «sanchistas». «Nuestra obligación es estar preparados para el momento en el que los socios (de Sánchez) digan se acabó», afirmó Feijóo esta semana.
Vox es el partido que más crece en las encuestas, en concreto 2,7 puntos respecto a 2023, hasta el 15,1 % de estimación de voto. Lograría cerca de 3.700.000 votos, con en torno a 630.000 nuevos votantes, y una horquilla de entre 48 y 50 escaños, acercándose a los resultados que obtuvo en 2019. Las encuestas del último año vienen consolidando esa subida de la formación de Abascal, que ha incidido en su postura de confrontación total con el Gobierno socialista y sus políticas y en el endurecimiento del discurso migratorio y la necesidad del control de fronteras erigiéndose como la alternativa al bipartidismo.
El PSOE y Sumar pasarían de los 152 escaños que suman hoy a tener entre 114 y 117, con la pérdida de votos de Sánchez y el hundimiento de los de Yolanda Díaz
Frente a esa hipotética suma de 198-202 escaños, según la cifra más baja o más alta de PP y Vox, estaría la de entre 114 y 117 escaños del PSOE y Sumar, muy lejos de los 152 que tienen ahora. Los últimos sondeos constatan el hundimiento del socio de coalición de Sánchez, que perdería 23 escaños, cayendo hasta los 8-9. La formación impulsada por Yolanda Díaz pasaría de algo más de tres millones de votos en 2023 a la mitad (casi 1.500.000 votos) si se celebraran elecciones, según este promedio de encuestas, con un 6 % en estimación de voto. Díaz ya ha dado muestras de que no dejará caer a Sánchez pese a los escándalos de corrupción; solo le pidió un «reseteo» de la legislatura cuando estalló el caso Cerdán. «Sé que usted es honrado», le espetó al presidente en el Congreso.
Beligerante con Sánchez sí se ha mostrado Podemos. La formación de Belarra cuenta hoy con cuatro diputados en el Grupo Mixto; según las encuestas los mantendrían, incluso podría ganar uno más, y obtendría algo más de 1.100.000 votos. Ya había ido al choque con el Gobierno por la cuestión de Defensa, partidaria de abandonar la OTAN, entre otras cosas, y en los últimos meses lo ha hecho a propósito de la corrupción y la respuesta de los socialistas al respecto. Llegó a afirmar el pasado junio que en su opinión la legislatura «ya está muerta». En el último Pleno del curso, fue uno de los partidos que dejó caer el decreto antiapagones del Ejecutivo, en lo que fue una nueva muestra de la debilidad parlamentaria de Sánchez.