En concreto, un 7% planea hacerlo en los próximos dos años y un 15% en un plazo que oscila entre los dos y los cinco años. La edad es una variable que interviene en buena medida en la intención de compra de los españoles. De esta manera, el colectivo integrado por los más jóvenes es el que muestra mayor predisposición a comprar un inmueble en un plazo de, como máximo, cinco años.
Así, el 42% de las personas entre los 25 y los 34 años prevé convertirse en propietario en el horizonte temporal a cinco años vista. Es un porcentaje muy próximo al del año anterior (43%). Sí que existe una variación notable en el caso de los más jóvenes (18 a 24 años), que suben en un año en cinco puntos porcentuales (del 32% al 37%) esa expectativa. Por el contrario, los segmentos de personas de más edad muestran menor intención de adquirir una vivienda a corto o a medio plazo, con un porcentaje del 64% entre los que cuentan entre 55 y 75 años. En este caso, los que se plantean la compra de un inmueble antes de cinco años son únicamente el 10% de los encuestados.
De este modo, son solamente el 26% de las personas que cuentan entre los 35 y los 44 años quienes se plantean la compra de una vivienda de cara a los próximos cinco años, un porcentaje que aún es más reducido en el grupo de particulares entre los 45 y los 54 años. En este caso, los que cuentan con esta expectativa son solo el 16%, dos puntos porcentuales menos que en agosto del año anterior. Si se analizan las razones por las que este colectivo decide aguardar para comprar una vivienda, se observa que la causa primordial es carecer de suficiente dinero ahorrado. Este argumento, además, presenta un enorme incremento en doce meses, al pasar del 34% en 2022 al 41% en 2023. Es decir, un incremento de siete puntos porcentuales.
Otros motivos es que la situación económica y/o laboral no se lo permite (32%), seguida porque se considera que los precios actuales son muy altos y se confía en que el mercado se normalice en los próximos años (29%) o porque los precios de compra no encajan en el presupuesto con el que se cuenta (26%).
Destaca el fuerte aumento en la presencia de los dos últimos motivos citados. Así, en el caso de los precios altos, el porcentaje se ha disparado desde el 24% de 2022 al 29% actual, cinco puntos porcentuales más. En el motivo presupuestario se observa una subida incluso mayor (del 19% al 26%).