En ésta, la agente federal Atlee Pine que está destinada como agente única en Arizona, con otra mujer ayudante suyo, aparece en la novela persiguiendo a un violador de niños que se ha llevado a una niña mientras jugaba en un equipo de fútbol. Detiene al delincuente, pero le da una paliza que casi le mata. Su jefe pondera positivamente su trabajo como agente, pero tiene que recriminarle la brutalidad de su actuación y aunque no la sanciona, la da un tiempo para que recapacite sobre lo irresponsable de su actuación. La novela ayudará a entender esta reacción tan primaria.
Va a aprovechar para viajar al pueblo, donde vivía con sus padres y en el que hace treinta años sufrió un ataque por un desconocido que se llevó a su hermana gemela y a ella le propinó una paliza con rotura de cráneo, aunque la llevaron rápidamente a urgencias y logró sobrevivir. Tenían 7 años y como es lógico en estos casos, estaban muy unidas. En un primer momento la policía pensó que había sido su padre, pero no encontraron ninguna prueba. Al poco tiempo la familia se trasladó sin avisar a nadie a otro lugar, y más tarde el matrimonio se divorció y ella comenzó a vivir con su madre. Una vez independizada, el día que cumplió los 19 años su padre se suicidó. No sabe dónde está su madre y mantiene la duda sobre si su hermana vive.
En el pueblo se encuentra con amigos de sus padres y otras personas que los conocieron y comienza a investigar, aunque todo es confuso, los datos son muy parciales y aunque todos le cuentan cosas, tiene la sensación de que ocultan algo. La situación se agrava cuando empiezan a aparecer personas asesinadas en situaciones extrañas, dando la impresión de que están ante un asesino en serie. Tiene que venir otro agente del FBI, conocido de Atlee, para hacerse cargo del caso aunque ella sigue colaborando con la policía local. Ahora las incógnitas se han multiplicado y habrá que resolver los dos casos y sus relaciones.
Todo es coherente en la narración que, aunque mantiene una tensión moderada engancha desde un primer momento; según se van descubriendo pequeñas piezas va quedando clara la complejidad de la situación. Atlee es una gran investigadora y tiene intuiciones certeras, además de ser valiente para enfrentarse sola a situaciones que la ponen constantemente en peligro. Todo se resuelve en un espacio de tiempo relativamente breve cuando encajan los elementos, pero no le falta lógica en ningún momento y no hay saltos en el desarrollo.
Los personajes son claros, distintos y reales cada uno y bien caracterizados. Con una tendencia muy actual las mujeres son las que acaban de tener todo el protagonismo. En conjunto es una novela, bien escrita, con una buena trama que no decae en su ritmo en ningún momento.
Un minuto para la medianoche
David Baldacci
Ediciones B (2024)
págs. 460