Las últimas estadísticas así lo avalan. Entre enero y junio llegaron de Reino Unido, el primer mercado emisor de turistas a España, 7,75 millones de viajeros, lo que supuso un 7% menos respecto al mismo período de 2019, mientras que desde Alemania se contabilizaron 4,85 millones, un 9% menos si se compara con el primer semestre de 2019. Ambos parámetros quedan muy lejos de las llegadas de turistas extranjeros a España, que rozaron los niveles precrisis al quedarse solo un 1,6% por debajo.
No solo las agencias de viajes, tanto físicas como online han detectado una ralentización en la venta a particulares. Los turoperadores especializados en las ventas de paquetes que incluyan alojamiento, transporte y excursiones, también han detectado esa ralentización. El otro gran elemento que ha jugado en contra de la llegada de viajeros ha sido las sucesivas olas de calor en España y en los destinos del Mediterráneo, que han llevado a muchos viajeros a optar por destinos menos calurosos al norte de Europa.