La democracia, sus instituciones y los instrumentos de que disponen hay que tomarlos en serio y respetarlos. Lo de el profesor Tamames y Vox es un vodevil improcedente y que a nadie beneficia y por supuesto va a perjudicar y muy mucho al mismísimo Abascal. Que nadie dude de la tremenda factura que ello le va a pasar en las próximas convocatorias electorales.
Por su parte, el magnífico profesor cierra una vida pública con una actuación esperpéntica digna de un cómico, pero no de un universitario. Por mucho que defienda su independencia diciendo que Abascal le ha dado «absoluta libertad» para redactar el discurso que dará desde la tribuna del Congreso, «sin vetar nada».
Aun así, el candidato ha señalado en declaraciones a TVE, que lo fundamental es el «repaso» que con su discurso va a dar sobre la situación económica y social, además de sobre las relaciones exteriores de España, asunto que le interesa «mucho». «Y eso es una función para mí muy importante».
Sin embargo, el esperpento es tan mayúsculo que hasta el propio Tamames ironiza con que la moción reúna los votos suficientes para convertirle en presidente del Gobierno, asegurando que tiene «dudas razonables». «La apuesta es muy grande y los corredores de apuestas no la habrían puesto en la mejor situación»,
En este contexto no es de extrañar que en Moncloa aplaudan la ocurrencia por lo que de distracción de la realidad supone y eso cuando un gobierno esta en crisis permanente y su líder juega a internacionalizar su figura bien estupendamente.