El estudio revela importantes diferencias generacionales y socioeconómicas. Mientras que los jóvenes de 18-24 años tienden a mantener presupuestos más ajustados (principalmente entre 300-599€), el gasto se incrementa significativamente con la edad y el nivel de ingresos. Las familias con hijos y los trabajadores con mayores salarios figuran entre los que más están dispuestos a invertir en sus vacaciones. En el otro extremo, jubilados y personas con rentas bajas destacan como los grupos con menor intención de viajar o con planes más económicos. El rango de presupuesto más común es entre 300 y 599€ por persona (23% de los encuestados), seguido del tramo 600-999€ (17%). A pesar de todo, un 26% de los españoles tiene previsto gastar más de 1.000 euros por persona.
Durante las vacaciones, los hábitos de consumo cambian y se suavizan. Más de la mitad de los encuestados admite que relaja el control sobre el gasto y se permite ciertos caprichos. Encabezan la lista las comidas y cenas fuera de casa (55%), seguidas del alojamiento (39%) y las actividades de ocio como conciertos, visitas o deportes (33%). Este comportamiento más permisivo es especialmente común entre los jóvenes y los hogares con mayor poder adquisitivo. No obstante, un 16% de los españoles mantiene su disciplina financiera incluso en vacaciones y asegura que siempre presta atención al precio.
A la hora de hacer la compra durante las vacaciones, la cercanía al alojamiento se impone como el factor más importante para elegir supermercado o tienda de alimentación, mencionada por un 55% de los encuestados. Le siguen el factor económico con 53% (precio + promociones) y la variedad (47%).
La maleta estival de los españoles revela lo que realmente importa bajo el sol. La crema solar es el artículo imprescindible por excelencia, con un 59% de menciones, seguida de las gafas de sol o gorra (39%), y productos como los helados y la cerveza fría, ambos con un 28%. Las mujeres se decantan más por los productos de cuidado personal, mientras que los hombres prefieren refrescarse con una buena bebida.
Más allá del presupuesto o del destino, el estudio permite identificar distintos perfiles de consumidor estival. Un 51% se considera planificador, es decir, prepara con antelación todo lo necesario para las vacaciones. Otro 51% afirma disfrutar especialmente de los productos locales, perfil que el estudio denomina “gourmet”. Un 49% reconoce ser más impulsivo en sus compras durante el verano y permitirse caprichos sin pensarlo dos veces. Frente a ellos, solo un 13% asegura comprar todo online, incluso estando de vacaciones, lo que demuestra que el canal físico sigue siendo protagonista en la experiencia de compra vacacional.