Tras una intensa jornada, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que veintiséis países se han comprometido a estar presentes «en tierra, mar y aire» en el país invadido.
Macron informó de que esta naciones, en su gran mayoría europeas, se mostraron dispuestas a participar en una «fuerza de garantía» como parte de un futuro alto el fuego ruso-ucraniano, mediante el despliegue de tropas en Ucrania. «Esta fuerza no tiene la voluntad ni el objetivo de librar ninguna guerra contra Rusia», aclaró el presidente francés durante una rueda de prensa posterior a la cumbre. La medida está, no obstante, a la espera de que «en los próximos días» Estados Unidos pueda aclarar cuánto y de qué manera se implicará en ese futuro marco.
El objetivo, como ha explicado Macron, es «prevenir una nueva agresión» por parte de Rusia y garantizar la «seguridad duradera» de un país que «no ha elegido la guerra». «Es Rusia la que eligió ir a la guerra en 2022, como había hecho en 2008 en Georgia, como hizo en 2014 en Crimea y en el Donbás», ha dicho el mandatario galo en una comparecencia junto a Zelenski en el Elíseo.
Zelenski ha celebrado este primer acuerdo, «la primera cosa concreta» dentro de las negociaciones en marcha para unas futuras garantías de seguridad, al término de una reunión en la que han participado líderes políticos de un total de 35 países, entre ellos el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que ha asistido de manera telemática a la cita.
No han especificado la lista exacta de los 26 países, si bien el canciller alemán, Friedrich Merz, ha confirmado en un comunicado que «Alemania contribuirá» a las futuras garantías, citando como prioridad «la financiación, el armamento y el entrenamiento de las Fuerzas Armadas ucranianas». Por su parte, el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, que ha participado de manera telemática pese a copresidir el encuentro, ha deslizado en un comunicado un acuerdo entre los países aliados para suministrar más misiles de largo alcance a las fuerzas ucranianas, advirtiendo de que a estas alturas «no se puede confiar en Putin».
Merz ha llamado a seguir trabajando en el ámbito diplomático para que finalmente pueda celebrarse una cumbre de primer nivel en la que acordar el alto el fuego con presencia de Zelenski. «Si la parte rusa sigue ganando tiempo», ha advertido, «Europa intensificará la presión de las sanciones».
El objetivo común, impulsado en gran medida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es concretar a corto plazo una reunión cara a cara entre Zelenski y Putin que se antoja lejana. El mandatario ucraniano ha calificado de «necesaria» esta cita, sea en el formato que sea.
Putin retó el miércoles a Zelenski a ir a Moscú si tanto quiere este encuentro, pero Kiev no contempla esta opción. «Creo que es la mejor manera de arruinarlo, pero que Rusia empiece hablar de la reunión ya es un primer paso», ha señalado el líder ucraniano, que por ahora no ve «ningún deseo» del lado ruso para poner fin al conflicto.
A este nuevo encuentro de la Coalición de Voluntarios ha acudido en representación estadounidense el principal enviado para el conflicto ucraniano, Steve Witkoff, aunque al término de la reunión algunos pocos líderes han hablado directamente con el presidente, Donald Trump.
La Unión Europea ha estado representada por los presidentes de la Comisión y del Consejo, Ursula von der Leyen y António Costa, respectivamente, que han vuelto a plantear las sanciones como instrumento para tratar de presionar a Putin. El bloque comunitario trabaja ya en el que sería el decimonoveno paquete de castigos.
«Vamos a unir fuerzas para reforzar las garantías de seguridad a Ucrania por aire, mar y tierra, así como la regeneración de las fuerzas ucranianas. La coalición no sólo tiene voluntad, sino que también da pasos», ha celebrado Costa, en un mensaje en redes sociales en el que ha anunciado que mañana viajará a Ucrania.