Grupo Villar Mir ha desaparecido de la lista de accionistas de OHLA depositada en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El paquete, que la familia Villar Mir tutelaba a través de la filial Inmobiliaria Espacio, apenas era del 7,09% y cae ahora a una posición testimonial 0,001%.
Es el fondo monegasco Tyrus Capital, acreedor de Grupo Villar Mir, el que toma las acciones de los fundadores. En el consejo de administración sigue sentándose como dominical el hijo mayor de Juan Miguel, Juan Villar-Mir de Fuentes, quien sucedió al “patrón” en la presidencia primero de la constructora (2016) y después del holding familiar (2021). Con junta de accionistas prevista para el próximo mes de mayo, se da por descontado que el representante de Grupo Villar Mir no seguirá por mucho tiempo.
Villar Mir había ocupado entre 1975 y 1976 el ministerio de Hacienda del Gobierno Arias Navarro. “Fue el primer Ejecutivo de la monarquia”, matizaba cuando se le familiarizaba con el franquismo. Quien fue alumno del colegio madrileño del Pilar había cerrado una carrera excelente como estudiante de ingeniería. Después del efímero paso por la política, Villar Mir tuvo puestos en la administración, como el de subdirector de Puertos en 1964, y la presidencia de Altos Hornos de Vizcaya a finales de esa década. Años después decidió seguir por libre : compró Obrascon en 1987 por una peseta, precisamente a Altos Hornos de Vizcaya; se hizo con Huarte en 1996, y un año después se quedó Laín. El grupo tenía ya sus tres patas y comenzó a dar réditos de forma casi inmediata. La crisis financiera atropelló a OHL con fuertes posiciones deudoras, presión que subió aguas arriba y atenazaba a un holding en el que figuraban otros gigantes como Fertiberia o Ferroatlántica. Entre las soluciones posibles, Villar Mir se apoyó en Tyrus Capital, que desembarcó en OHL en 2015 con un 8,4% en el marco de una ampliación de capital por 1.000 millones.
En noviembre de 2016, Tyrus y los Villar Mir renovaron el pacto y durante dos agónicos años la familia fue elevando su dependencia del que se convirtió en su salvavidas. Las acciones en OHL respaldaron cada uno de los apoyos recibidos, incluida la refinanciación de 2018 por la que Grupo Villar Mir obtuvo 323 millones de liquidez de un grupo de acreedores con Tyrus al frente.
Finalizada la crisis financiera, OHL no fue capaz de remontar. La compañía constructora cerró 2018 con 1.529 millones de euros en rojo, frente a los 12 millones de un año antes. Además, las dificultades financieras habían pulverizado su calificación crediticia (rating) hasta situarse por debajo del bono basura, y el propietario no acertaba con la elección del consejero delegado. Por ese despacho pasaron Juan Osuna, Josep Piqué y el que consideraba pupilo, Tomás García Madrid, hasta que se ha consolidado José Antonio Fernández Gallar.
Todo ello hizo necesario en 2021 un plan de recapitalización y la entrada de un nuevo accionista de control, la familia mexicana Amodio, dueña de la pequeña constructora Caabsa, con la que la española intentó una fusión que se vio frustrada por el estallido de la pandemia.
OHL pasó a denominarse OHLA y el nuevo accionista hizo valer su 25,9% para tomar la presidencia. Los Villar Mir cayeron del 33,3% de entonces al 14,6% y, posteriormente, al 7,09%. Los Amodio, por su parte, entraron con la misión de “reducir costes y mejorar la eficiencia operativa; devolver el equilibrio entre tenedores de bonos y accionistas, restaurar la colaboración con los bancos y volver a una senda de beneficios que permita el fortalecimiento y crecimiento de la compañía”.