Aunque ambas ciudades superan los 10.000 €/m² en zonas prime, sus mercados presentan dinámicas diferenciadas: mientras Madrid se orienta hacia una clientela más corporativa e internacional que busca estabilidad de inversión, Barcelona combina atractivo residencial y estilo de vida, con gran peso de compradores europeos. En la capital, distritos como Salamanca, Chamberí, Retiro y Chamartín lideran las operaciones de alta gama. El ticket medio de compra se sitúa entre 2 y 4 millones de euros, aunque en casos excepcionales se alcanzan cifras superiores a los 10 millones. En contraste, en la Ciudad Condal, barrios como Pedralbes, Sarrià-Sant Gervasi y Eixample concentran la demanda, también con precios en la franja de 2 a 4 millones, pero con una mayor proporción de compradores interesados en segundas residencias y propiedades emblemáticas.
El mercado del alquiler de lujo también refleja esta divergencia. En Madrid, la media gestionada por Walter Haus se sitúa en torno a los 6.000 €/mes, con viviendas exclusivas que pueden alcanzar los 25.000 €/mes. En Barcelona, la oferta de alquiler prime es ligeramente inferior en precio medio, de alrededor de 5.500 €/mes, aunque con una rotación más alta, especialmente en zonas céntricas demandadas por profesionales extranjeros.
En cuanto al perfil de comprador, si bien es principalmente nacional, la compañía señala que en Madrid cerca del 30% de las adquisiciones de lujo provienen de compradores latinoamericanos, especialmente de México, Venezuela y Colombia, atraídos por la seguridad jurídica y la conectividad aérea. En Barcelona, el 35% de las operaciones de alta gama corresponden a clientes europeos, con predominio de franceses, alemanes, italianos y británicos, que valoran su estilo de vida mediterráneo y su oferta cultural.