A nivel nacional, el 35,74% de las viviendas españolas supera los 160 m², consolidándose como el segmento más representativo del mercado. Las viviendas de tamaño medio, entre 80 m² y 120 m², representan el 27,78% del total, mientras que el 20,06% se sitúa en la franja de 40 m² a 80 m². Por su parte, las viviendas entre 120 m² y 160 m² suponen el 14,64%, y solo el 1,78% del parque inmobiliario está compuesto por viviendas de menos de 40 m².
Baleares, Galicia y Cantabria: las comunidades con viviendas más amplias. Por comunidades autónomas, Baleares lidera el ranking de las viviendas más grandes, con un 56,02% de inmuebles que superan los 160 m². Le siguen Galicia (47,86%), Castilla-La Mancha (44,73%), Cantabria (44,18%) y Navarra (40,45%), conformando el top del ranking de territorios con mayor porcentaje de viviendas amplias.
«Las Islas Baleares presentan un parque inmobiliario caracterizado por viviendas unifamiliares y chalets que históricamente han atraído tanto a residentes permanentes como a compradores extranjeros. Galicia y Cantabria, por su parte, mantienen un modelo de vivienda tradicional ligado al entorno rural y la disponibilidad de suelo», explica Font, portavoz y director de Estudios de pisos.com. En el extremo opuesto, la Comunidad de Madrid lidera el porcentaje de viviendas pequeñas, con un 7,28% de inmuebles con una superficie inferior a 40 m², muy por encima de la media nacional. Le siguen Canarias (3,24%), Cataluña (2,51%), Asturias (1,75%) y Andalucía (1,54%). «La proliferación de viviendas de reducidas dimensiones en Madrid responde a la elevada demanda de pisos, así como a la necesidad de optimizar el espacio urbano en una de las capitales más densamente pobladas de Europa».
A nivel provincial, 20 territorios destacan porque más del 40% de su parque inmobiliario está compuesto por viviendas que superan los 160 m². Baleares lidera este ranking con un 56,02%, seguida de Teruel (53,64%) y Ciudad Real (51,57%). El listado completo de provincias con más del 40% de viviendas amplias incluye: Ourense (51,32%), Lugo (51,20%), Pontevedra (48,01%), Soria (47,33%), Burgos (44,33%), Cantabria (44,18%), A Coruña (43,82%), Huesca (43,76%), Zamora (43,22%), Lleida (43,07%), Girona (42,63%), Toledo (42,46%), Guadalajara (42,32%), Granada (42,24%), Albacete (41,69%), Navarra (40,45%) y Cuenca (40,24%).
«Estas provincias, en su mayoría del interior peninsular, mantienen un modelo de vivienda vinculado a construcciones unifamiliares, casas rurales y propiedades con terreno. La baja densidad de población y el menor precio del suelo han permitido que las viviendas conserven superficies generosas», señala el director de Estudios de pisos.com. En el ranking inverso, Madrid (7,28%), Girona (3,82%) y Las Palmas (3,82%) encabezan el podio de provincias con mayor porcentaje de viviendas de menos de 40 m². Un dato llamativo es que Soria no cuenta con ningún inmueble registrado con esa superficie, algo que evidencia la ausencia total de microviviendas en esta provincia.
En el análisis de las capitales de provincia, diez ciudades destacan por tener más del 28% de sus viviendas con superficies superiores a 160 m². El ranking lo encabeza Palma (37,19%), seguida de Lugo (36,41%), Teruel (34,38%), Albacete (33,45%), Ourense (33,26%), Pontevedra (32,60%), Castellón (31,57%), Ciudad Real (31,10%), Jaén (29,39%) y Granada (28,02%). «Estas capitales combinan diferentes factores. Algunas, como Palma, han experimentado un boom inmobiliario vinculado al turismo y la demanda internacional. Otras, como Lugo o Ourense, mantienen un urbanismo de baja densidad con viviendas unifamiliares tradicionales», analiza Font.
En cuanto a las viviendas más pequeñas, Madrid lidera con un 10,83% de inmuebles de menos de 40 m², consolidándose como la capital con mayor oferta de micro viviendas. Le siguen Barcelona (6,14%), Salamanca (5,50%), Valencia (4,16%) y Sevilla (3,39%). Un dato significativo también es que seis capitales de provincia no cuentan con ningún inmueble de menos de 40 m²: Huesca, Teruel, Palencia, Soria, Toledo y Lugo.»La ausencia total de viviendas pequeñas en estas ciudades refleja un modelo urbano donde la presión demográfica es menor y la disponibilidad de suelo permite construcciones más espaciosas. No existe un mercado para microviviendas en ciudades con estas características».
