El voto refleja una Eurocámara profundamente dividida, incluso dentro de las propias familias políticas que han respaldado en principio a la alemana: los populares, los socialdemócratas, los liberales y los verdes. De hecho, los populares españoles han votado en contra de la Comisión, alegando que aunque apoyan a Von der Leyen y serán leales al ejecutivo comunitario durante la legislatura, «votamos en contra como rechazo a Teresa Ribera».
“Como dije en julio, trabajaremos con todas las fuerzas democráticas pro-europeas de esta cámara. Y como he hecho en mi primer mandato, trabajaré siempre desde el centro. Porque todos queremos lo mejor para Europa, y lo mejor para los europeos. Así que ahora es el momento de unirnos”, dijo von der Leyen ante el Parlamento. Pero el debate previo al voto dio una muestra de las tensiones y la desconfianza entre las familias políticas de centro, que amenaza la estabilidad de la UE.
El presidente de los populares europeos, Weber, en un discurso inusualmente de centro, pidió que se tomen medidas “desde el primer día” ante la amenaza de los retos globales, desde la necesidad de mejorar la competitividad de la industria europea, hasta la ejecución del Pacto Verde o el refuerzo de las políticas de seguridad y defensa. “La subida de la inflación, la polarización, la fragmentación en nuestras sociedades están amenazando nuestras democracias”, dijo el alemán, “tenemos que asegurarnos de que nadie se queda atrás». “Populares, socialistas y liberales son los partidos fundadores de Europa,” dijo Weber, que celebró el acuerdo que ha hecho posible esta Comisión y destacó también la contribución de los Verdes, y la fructífera colaboración con los Conservadores y Reformistas, liderados por Fratelli d’Italia, el partido de Giorgia Meloni.
Pero socialdemócratas y liberales no van a olvidar tan pronto las alianzas de los populares con la extrema derecha. “En un momento en el que está en juego el progreso de nuestros ciudadanos, la supervivencia del planeta, la competitividad de nuestras empresas, nuestra capacidad de defensa, y el liderazgo que queremos en el mundo”, dijo la socialista española García Pérez, “retos que tendremos que afrontar en un tiempo en el que la extrema derecha quiere desguazar el proyecto europeo”. La socialista dejó además un recado a los populares acusándoles, en este contexto, de poner en riesgo la gobernabilidad. García Pérez aseguró que el apoyo a la Comisión “no es un cheque en blanco” y advirtió a Weber y von der Leyen contra las alianzas con la extrema derecha. “Las fuerzas europeístas que hemos contribuido la Unión desde su fundación tenemos un acuerdo. Y los acuerdos se cumplen”, dijo la española, “no aceptaremos un doble juego porque no se puede construir Europa con quienes quieren destruirla”.
También la líder de los liberales, la francesa Hayer, advirtió a Weber de no coquetear con la extrema derecha. “La pregunta ahora es cómo vamos a trabajar juntos los próximos cinco años, porque hoy vemos que hay dos mayorías posibles en este Parlamento. La ‘mayoría Venezuela’ [populares y extrema derecha], que va a hacer mucho daño a los demócratas que la hacen existir porque va contra Europa”, advirtió la francesa. Hayer fue muy dura con el proceso de audiencias acusando, entre otros, a los populares españoles de “vampirizar” el proceso. “¿Es es esa la imagen que queremos dar del Parlamento Europeo”, se preguntó la francesa.
Casi como en un inicio de temporada, von der Leyen fue anunciado los nombres y las misiones de cada uno de los miembros de su equipo. Entre ellos, Ribera, que será su número dos, como vicepresidenta al cargo de una Transición Limpia, Justa y Competitiva. Ribera fue precisamente el nombre que más aplausos arrancó entre los eurodiputados. “Está bien preparada para garantizar que contemos con una política de competencia moderna que respalde nuestras ambiciones. Es una europea auténtica y devota. Y juntos trabajaremos siempre por el interés europeo”, dijo von der Leyen en defensa de Ribera, que ha sido objeto de las críticas más duras durante las audiencias en sede parlamentaria.
La primera gran iniciativa a la que se compromete la Comisión es precisamente una ‘Brújula de la Competitividad’. En base al informe del ex primer ministro italiano Mario Draghi, von der Leyen presentará una serie de iniciativas cuyo objetivo es cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, avanzar hacia la descarbonización de la industria garantizando y competitividad, y reforzar la seguridad reduciendo las dependencias. Von der Leyen también anunció que podrá en marcha un diálogo con la industria automovilística “para diseñar juntos soluciones” al impacto de la transición. “La industria automovilística europea es un orgullo para Europa. Millones de empleos dependen de ella. Y juntos tenemos que asegurarnos de que los coches del futuro se hacen en Europa”, alegó.
Todo el discurso de la alemana giró entorno a la libertad. Pero la libertad entendida como un concepto mucho más amplio, menos filosófico y más práctico, resultado de la seguridad y la prosperidad. La libertad entendida como el resultado de eliminar o reducir barreras para las empresas, de fortalecer relaciones comerciales, de reducir dependencias, de reforzar las políticas de seguridad y defensa. La libertad para elegir dónde y cómo vivir.
“La lucha por la libertad es lo que nos une como europeos”, dijo Von der Leyen en su discurso ante el Parlamento reconociendo que el concepto de libertad ha cambiado notablemente en las últimas décadas, pero defendiendo que “es la razón de ser de la Unión y será su motor más que nunca.” Esa, dijo von der Leyen, “es la Europa que amo. Y esta es la Europa a la que mi comisión se entregará siempre”.
Von der Leyen hizo esa encarnizada defensa de la lucha por la libertad y la democracia en Europa, ante una Eurocámara que le afea que siente en su ejecutivo a un miembro de un partido neo-fascista, el italiano Fito, nada menos que como vicepresidente de la Comisión. Una decisión que consolida la institucionalización de la extrema derecha en la UE, con el beneplácito de los populares europeos, pero también de liberales y socialdemócratas.