Además, Yellen ha advertido de que, en caso de no producirse esa elevación en el techo, Estados Unidos puede ver como su «calificación crediticia se verá realmente perjudicada». La secretaria del Tesoro también ha adelantado que todavía no ha hablado sobre este asunto con los consejeros delegados de los bancos, más allá de una carta que les envió en enero. No obstante, ha señalado que se reunirá con ellos la próxima semana.
Por su parte, el presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, han decidido aplazar la reunión prevista para este viernes, aunque las negociaciones continúan para evitar un posible impago estadounidense.
Este aplazamiento, ha declarado McCarthy, será «más productivo» para que los diferentes líderes puedan continuar las negociaciones. Además, el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, ha manifestado que cree que las conversaciones «avanzan». A pesar de que el aplazamiento parece augurar buenas noticias, McCarthy ha querido señalar que «aparentemente, el presidente Biden no quiere negociar. Quiere incumplir».
Las posturas entre republicanos y demócratas llevan semanas enfrentadas en este aspecto a causa de las solicitudes de los primeros, que piden recortes en el gasto antes de aprobar el aumento del límite. No obstante, Biden ha solicitado que las negociaciones sobre los presupuestos se mantengan al margen de las que se produzcan por esta cuestión.
Las posibles negociaciones sobre los presupuestos comenzaron este martes, tras la reunión entre Biden, McCarthy y otros líderes del Congreso y se centraron en recuperar los fondos COVID no gastados y en limitar el gasto a partir del próximo 1 de octubre, como declaró el representante Garret Graves, republicano de Luisiana. Además, Graves ha asegurado que las probabilidades de incluir una revisión de los permisos para proyectos energéticos en el acuerdo son «superiores al 50%». Por su parte, la Casa Blanca pretende lograr un acuerdo de límites a corto plazo, frente a las peticiones republicanas de limitar el gasto discrecional durante los próximos 10 años. Donald Trump ya ha pedido a los republicanos que permitan el impago si es necesario, pero que no cedan en sus pretensiones de recortes «masivos» del gasto.
El posible impago que se produciría en caso de no llegar a un acuerdo preocupa en el mundo, sobre todo tras lo que Yellen advirtió que sería «una catástrofe económica y financiera». Sin embargo, la secretaria del Tesoro no ha querido precisar cuándo este podría quedarse sin fondos, y ha señalado que avisará al Congreso de esa situación «a medida que nos acerquemos».
Cabe destacar que el Gobierno alcanzó el límite legal de endeudamiento este enero, tras lo que el Tesoro ha tenido que recurrir a medidas contables especiales para poder disponer de efectivo.