En las filas socialistas son varios los que ven «quemado» a Sánchez y creen necesario un cambio de caras para resistir.
El ex secretario general del PSOE, que lleva varios años susurrando a Pedro Sánchez, opta por Salvador Illa, actual president de la Generalitat, para relevar al jefe del Ejecutivo en La Moncloa. Con este movimiento, que está sobre la mesa, pero en el que en Cataluña le dan poca viabilidad, el PSOE lograría agotar la legislatura en 2027 y Zapatero se garantizaría seguir moviendo los hilos en la sombra. Aunque para que esto se produzca se necesita también el concurso de los socios y la figura de Illa no es especialmente del agrado de Junts.
Aquí entraría en juego otra operación. La del relevo del president de la Generalitat. Los socialistas, a cambio del apoyo de Junts, se podrían plantear ceder la presidencia catalana a los de Puigdemont -que sigue inhabilitado-. Es lo que los junteros pedían en agosto del año pasado a cambio de investir a Sánchez.
La situación política en Cataluña, con un Illa maniatado, sin presupuestos y al que le cuesta avanzar en la agenda legislativa por culpa de la geometría variable con la que tiene que gobernar, sería un aliciente para ejecutar este cambio de cromos. En el PSC hay quienes dicen que eso es «una locura».
Aunque no ha trascendido de lo que hablaron durante la reunión, distintas fuentes señalan que analizaron la situación y hablaron de los posibles escenarios que hay sobre la mesa. Una de ellas, más allá de un relevo de Sánchez y la convocatoria de elecciones anticipadas, es la de un adelanto electoral conjunto en el Estado y en Cataluña en otoño.
El presidente Sánchez celebró su último acto público este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, la primera tras la publicación del informe de la UCO que relacionaba a Cerdán con el cobro de mordidas por adjudicaciones de obra pública. Desde entonces no ha tenido ningún acto público.
El jueves mantuvo su agenda pública despejada, aunque estuvo trabajando en su despacho en La Moncloa, reuniéndose con varios dirigentes del PSOE de su núcleo duro y redactando una carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la que se oponía a que España aumente el gasto en Defensa al 5% del PIB. Este viernes, además de la reunión con Illa, que en el complejo presidencial enmarcan en «una conversación privada», no se conoce ningúna actividad más por parte del presidente. Hace justo una semana optó por desplazarse hasta la finca toledana de Quintos de Mora para «reflexionar».