La moneda se sitúa entre los tres peores tipos de cambio del mundo solo superado por el peso argentino y la lira turca. Una combinación de factores, que incluyen sanciones internacionales, ingresos reducidos por exportaciones de petróleo, flujos de divisas desequilibrados, fuga de capitales, menor demanda de importantes socios exportadores como China e India, y una crisis en la fuerza laboral, plantean en conjunto una amenaza significativa para las perspectivas económicas de Rusia.La semana pasada, el banco central que dirige Nabiullina tomó medidas para estabilizar la moneda, deteniendo la compra de moneda extranjera durante el resto del año para reducir la volatilidad en los mercados financieros.
El valor del rublo casi se ha reducido a la mitad desde su pico en junio del año pasado, ya que la invasión ordenada por el presidente, Vladimir Putin, a Ucrania continúa sin final inmediato a la vista y las sanciones, incluido un límite al precio del petróleo, reducen los ingresos por exportaciones. El banco central anunció el miércoles que dejaría de comprar moneda extranjera en el mercado interno mediante un mecanismo presupuestario diseñado para aislar la economía de las fluctuaciones en los precios de los productos básicos. La decisión tenía como objetivo «reducir la volatilidad de los mercados financieros», según afirmó la autoridad monetaria en un comunicado.
Para estabilizar el rublo, la tasa de interés política debe aumentar hasta aproximadamente el 10% y el gasto del presupuesto federal debe mantenerse dentro del límite fiscal. El rublo puede beneficiarse de precios más altos del petróleo crudo, pero la política monetaria interna seguirá siendo un ancla más confiable para la moneda. El Banco de Rusia deberá aumentar los tipos entre 50-100 puntos básicos el 15 de septiembre para impulsar el ahorro interno y reducir las importaciones», señala Isakov, economista para Rusia de Bloomberg Intelligence.
Los ingresos de las exportaciones rusas de petróleo y gas disminuyeron a 6.900 millones de dólares en julio desde 16.800 millones en el mismo período del año pasado, según los últimos datos del banco central. Un alivio en las restricciones para mover dinero al extranjero también ha llevado a una fuga de capitales acelerada, ya que los rusos se apresuran a transferir fondos a cuentas extranjeras.
La gobernadora del banco central, Nabiullina, ha señalado repetidamente que el deterioro en las condiciones del comercio exterior es la principal razón de la debilidad del rublo, al tiempo que descarta intervenir para respaldar el tipo de cambio. «No vemos ningún riesgo para la estabilidad financiera» debido a la caída del rublo, dijo el viernes el vicegobernador del Banco de Rusia, Alexey Zabotkin.