ING ha cerrado un ejercicio récord en España y Portugal. La filial del banco naranja, liderada por Juliá como consejero delegado, obtuvo un beneficio de 208 millones de euros en 2022, lo que supone un 14% más que el año pasado y su cifra más alta, en línea con otras entidades españolas que también han presentado resultados históricos en las últimas semanas.
El banco se vio impulsado por el crecimiento en ingresos, en parte por las subidas de tipos de interés, hasta alcanzar un margen bruto de 883 millones, un 14% más. Por líneas de negocio, la actividad de banca minorista ha doblado su actividad en los últimos dos años, alcanzando los 192 millones de euros de ingresos, mientras que banca mayorista ha cerrado en 111 millones de euros. En cuanto a la actividad comercial, la entidad elevó un 20% la financiación a clientes, con una producción de 30.000 hipotecas nuevas y 200.000 préstamos desembolsados. También aumentó un 15% las nuevas pólizas de seguros con 87.000 suscripciones. El banco también destaca que ha sumado 256.000 nuevos clientes en 2022, lo que supone un 6% más que el año anterior. De esta manera, ING supera los 4 millones de clientes y alcanza un 7% de cuota de mercado. Desde 2010 el banco ha multiplicado por cinco el número de clientes. Se trata de una cifra especialmente relevante, ya que el año pasado el banco inició una revisión estratégica para aumentar el número de clientes vinculados que operan habitualmente con ING.
Entre las palancas para captar nuevos clientes, ING mantiene como piedra angular la cuenta naranja. La entidad ya fue uno de los primeros bancos en volver a remunerar el ahorro de los clientes tras las primeras subidas de tipos interés. Actualmente, ofrece una rentabilidad anual del 0,7% a través de la cuenta, con la ventaja de que el cliente siempre tiene disponible el dinero. En ese sentido, el consejero delegado de ING España y Portugal se abrió a nuevas mejoras en la remuneración de la Cuenta Naranja a medida que suban los tipos. “El único límite que teníamos era el 0 cuando los tipos eran negativos, no íbamos a cobrar por los depósitos y no tenemos otro límite. La subida de tipos trae obligaciones. Volvemos a tener opciones para retribuir a nuestros clientes y tener un margen positivo. Iremos adaptando al entorno y a cómo vaya el mercado”, ha expresado Juliá.
Por otro lado, el ejecutivo hizo referencia al impuesto temporal a la banca diseñado por el Gobierno. Aunque ING no deberá abonarlo, ya que no cumple con el nivel de ingresos mínimo (la suma de 800 millones entre comisiones y margen de intereses en 2018) se mostró en contra del nuevo gravamen. “Estamos alineados con la AEB y no estamos contentos con el impacto que va a tener en la economía”, ha valorado.
ING España y Portugal cerró 2022 con uno de los niveles más bajos de morosidad, con el 0,38% en hipotecas y el 3,35% en préstamos. El banco también cerró con una rentabilidad sobre el capital (ROE) del 13% frente al 10% del año anterior.