Latigazo es un golpe al paladar, una chispa de sabor, un lugar donde el comensal experimenta la explosión y la intensidad de la cocina fusión japo-peruana, sabores intensos y suaves en una sinergia perfecta. La fusión de ambos conceptos es la carta de presentación de Latigazo, un restaurante divido en dos espacios, con mesas altas y bajas, diseñados para que el comensal descubra lo mejor del tapeo peruano en la zona de mesas altas.
En Latigazo se elaboran los tres ceviches de la carta en sala, ante los ojos de los comensales, quienes descubren parte de la esencia culinaria del país latinoamericano con esencia japonesa. Ceviche Limeño (Corvina, leche de tigre, ají limo, aceite de albahaca, maíz cancha, choclo, puré de boniato y brotes de cilantro; el Ceviche Kiro (Corvina, leche de tigre, ají amarillo ahumado, oreja de buda, chipirón crocante, puré de boniato, cancha, choclo y brotes de cilantro); y Ceviche Tsurai (Corvina, gambas, chipirón, leche de tigre de rocoto y miso, togarashi, choclo, zarandaja y brotes de rábano picante).
Destaca el Ceviche Tsurai, un plato que hace en alusión al picante japonés conocido como Tsurai. La leche de tigre que acompaña este plato es de un rocoto más intenso, un ají propio de Perú y miso, una especie originaria de Japón.
La cocina, abierta todos los días de la semana en horarios de comida y cena, está disponible también en su servicio de delivery con Glovo, Uber y Just Eat. Además, también han creado tres menús de grupo, para un mínimo de seis personas, (40€/4 pasos – 50€/ pasos – 60€/6 pasos). También han credo un menú ejecutivo disponible por 19 euros, el chef jugará con el producto de mercado del día para el entrante en este menú ejecutivo, con ejemplos como tartar amazónico, Tiradito Nikkei, Muchame Nikkei, Causa amazónica o Ceviche vegetal. El menú ejecutivo seguirá con Roll avocado veggie, noodles de ternera al wok o arroz chaufa de marisco.
Asimismo, la calidad de las materias primas empleadas consigue llevar al comensal a una experiencia nunca vivida. La singular travesía de la cocina peruano-japonesa de Latigazo comienza siempre con la selección de los mejores productos. Ejemplo de ello son sus platos calientes, como el Kaen (Solomillo de ternera, salsa oriental, Shitakes y pack choy al wok, patata amarilla, arroz con choclo y brotes de cilantro); el Gohan Nikkei (cerdo crocante, arroz jazmín, germinado de soja, berenjena china y tirabeques al wok, plátano frito, brotes soja y char siu de maracuyá) o el Ahiru (magret de pato confitado en yakiniku, ají panca, huacatay, chicha de jora, arroz, loche, cilantro, ají amarillo, leche de tigre, chalaquita de pepino y brotes).
En el lado japonés, y con el sushi como protagonista, Rodríguez ha creado el Roll Makimono, que es una fusión con base japonesa acompañado de toques peruanos. Una preparación que combina lo tradicional del arroz sushi con el langostino y una lámina de solomillo, acompañado de una salsa tradicional en la cocina de peruana, es la “salsa anticuchera” hecha a base de “ají panca” que es un chile originario de Perú, y también, de una mayonesa de ají amarillo peruano y pasta de sésamo.
Adicionalmente, preparan un menú con productos del día como hamachi, vieira, atún, wagyu, cigala, snow crab y productos de temporada. Esto le permite al chef experimentar cada día en la cocina de forma creativa.
Y, como no hay nada mejor que un buen cóctel con el mar de fondo, el viaje continúa con su carta líquida y de coctelería, hecho con base de pisco, destilado peruano de referencia mundial. El coctelero propone una coctelería basada en los cócteles clásicos, pero dándoles un toque original inspirado en ambas culturas gastronómicas. De esta manera refleja sus creencias y tradiciones, que se pueden percibir en los diferentes sabores y presentación. Entre sus cócteles destaca su Monkey colada, su versión de la piña colada, un cóctel muy especial, ya que se sirve en una vajilla hecha a medida, elaborada por el artesano Piñeiro, y personalizada, que solo se puede encontrar en Latigazo.