Educación inclusiva, inversión en el futuro de nuestra sociedad.
La educación, piedra angular del progreso social, desempeña un papel fundamental en los derechos y oportunidades de mujeres y hombres, así como para un crecimiento económico sostenible. Sin embargo, a pesar de los importantes avances logrados en las últimas décadas, aún queda un largo camino por recorrer y una de las áreas en las que aún se observan desigualdades significativas es en la enseñanza.
Aunque se ha avanzado en el acceso a la escolarización, la brecha de género persiste, sobre todo en algunas regiones emergentes. Las niñas, en particular, se enfrentan a numerosos obstáculos para acceder a la educación, como costumbres culturales, limitaciones económicas y políticas discriminatorias. En consecuencia, millones de niñas de todo el mundo siguen privadas de su derecho a aprender, lo que perpetúa ciclos de pobreza y desigualdad.
A nivel mundial, según UNICEF, el porcentaje de niñas que completan la escuela secundaria aumentó del 69% en 2012 al 77% en 2020. En India, según datos publicados por el Banco Mundial, la tasa de alfabetización femenina aumentó del 64,1% en 2011 al 77,7% en 2021.
Por todo ello, lograr la igualdad de género en la educación no es sólo un imperativo moral, sino también una inversión en el futuro sostenible de nuestra sociedad.
Igualdad de género y crecimiento económico.
Sin entrar en consideraciones éticas, en términos puramente económicos, una fuerza laboral diversa y educada impulsa el crecimiento económico de un país. Los estudios demuestran que la educación aumenta significativamente los ingresos de las mujeres, generando una mayor independencia económica. Este aumento de ingresos se refleja en una mayor demanda agregada y actividad económica. Por otro lado, la salud de la población también mejora considerablemente con la educación de niñas y mujeres, beneficiando a la economía en general.
Tecnología al servicio de la educación inclusiva y del progreso.
En la era digital, la tecnología ha revolucionado nuestra forma de aprender, comunicarnos y acceder a la información. Aprovechar la tecnología educativa (ed-tech en inglés) para promover la igualdad de género en la educación no es sólo una cuestión de innovación tecnológica; es una inversión estratégica en el futuro de la sociedad y de la economía.
En Learn Capital, empresa de capital riesgo especializada en inversiones del sector de la tecnología educativa, creen que las innovaciones digitales en la educación desempeñan un papel crucial en la aceleración de la igualdad de género en el ámbito del aprendizaje y de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, reconocen que el impacto de estas innovaciones a menudo pasa desapercibido.
La tecnología puede reducir sustancialmente las barreras de acceso a la educación para las mujeres de mercados en desarrollo. No obstante, en muchas partes del mundo, las niñas se enfrentan a numerosos obstáculos, como largas distancias hasta la escuela, problemas de seguridad y normas culturales que dan prioridad a la educación de los niños sobre la de las niñas. En este sentido, la tecnología educativa puede ayudar a superar estas barreras llevando el aprendizaje directamente al hogar, lo que permite a las niñas acceder a contenidos educativos desde la seguridad de su propio entorno. Por ello, la mejora del acceso a Internet en países emergentes es de vital importancia para fomentar el impacto del aprendizaje en línea.
En conclusión, invertir en tecnología educativa es esencial para construir un futuro más inclusivo, equitativo y próspero para todos, independientemente del género o procedencia. El potencial transformador de las ed-tech para lograrlo es incuestionable.