La agencia de calificación explica que el cambio de perspectiva «se sustenta en un modelo de crecimiento más equilibrado para España que podría conducir a un crecimiento mayor y menos volátil» de lo que supone actualmente.»Como reflejo de una gobernanza sólida y, en particular, de una mayor eficacia de las políticas para abordar fuentes anteriores de desequilibrios macroeconómicos, la economía española presenta un bajo apalancamiento del sector privado, un sector bancario robusto, un superávit en cuenta corriente y un mercado laboral fortalecido en comparación con la última década», señalan. Por su parte, la afirmación de las calificaciones de ‘Baa1’ refleja «la fortaleza económica de España, así como la fortaleza de sus instituciones y gobernanza que son significativamente más fuertes que las de sus pares calificadores.
Estas características positivas se ven compensadas por la mayor carga de deuda de España en comparación con sus pares, junto con el debilitamiento de la asequibilidad de la deuda y los desafíos estructurales relacionados con el envejecimiento de la población que siguen siendo limitaciones a su fortaleza fiscal. La moderada exposición de España al riesgo geopolítico y político interno es otro desafío crediticio», añaden.