En un primer momento, estaba previsto que Reynders abandonara su puesto el 31 de marzo, pero tras una petición formulada a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, esa fecha se ha retrasado hasta el 25 de abril. Reynders se había dado un plazo de dos meses, que expiraban a finales de marzo, para lograr un acercamiento de posturas entre socialistas y populares. Para culminar el proceso, tenía previsto desplazarse a Madrid y reunirse con ambas partes el miércoles, día 27. Pero tan solo un día antes, el Partido Popular ya dijo no tener agendada esa cita.
Reynders tiene un empeño personal en lograr una solución al bloqueo del Poder Judicial antes de dejar su puesto y con ese objetivo, señalan fuentes comunitarias, está dispuesto a realizar un último esfuerzo de medicación entre el PSOE y el PP que permita desbloquear la renovación del Consejo.
Por el momento, no hay una nueva fecha para el encuentro que, casi con seguridad, no se podría producir antes del 21 de abril, fecha de las elecciones vascas. Esa posible reunión está, en todo caso, en el aire puesto que el 12 de mayo es la cita con las urnas en Cataluña.
Pese a la presión que supone el calendario electoral, Reynders cree que su mediación puede ser decisiva para lograr un acuerdo y que el acercamiento de posturas entre ambas partes es ya notable, más allá de las manifestaciones públicas de unos y otros. De hecho, la intervención comunitaria puede convertirse en el mejor argumento para que los dos partidos justifiquen un pacto ante sus afines.