En el prólogo del documento, el presidente ejecutivo de la compañía, Ignacio Galán, se refiere a tres de los pilares en los que descansa el compromiso de Iberdrola: el plan de acción climática, el plan de diversidad y el de economía circular. Al objetivo de ser neutros en emisiones de CO2 en todas las centrales de la compañía ya para 2030 se suma el de tener un impacto neto positivo en la biodiversidad en ese mismo año. La biodiversidad es imprescindible para el equilibrio de los ecosistemas. Por ello, favorecerla proactivamente nos ayuda a garantizar la estabilidad medioambiental y, con ella, los recursos y la calidad de vida de las generaciones futuras.