La escasez de vivienda para hacer frente a una demanda cada vez mayor y el nivel elevado de tipos catapultan los precios hacia máximos de la pasada crisis inmobiliaria, justo antes de que pinchase la ‘burbuja’ del ladrillo. El Colegio de Registradores constata que la vivienda se encareció un 2,9% en el segundo trimestre en relación al primero, acelerando su ritmo de subida, puesto que venía de incrementarse un 0,8% entre enero y marzo.
En su última Estadística Registral Inmobiliaria, publicada este viernes, revelan que el precio medio ya ha superado los 2.000 euros por metro cuadrado, situándose en los 2.057 euros, frente a los 1.998 del trimestre previo. La vivienda usada fue la que más tiró al alza de los precios, con un incremento del 3,8% entre abril y junio, muy superior al 0,3% registrado a principios de año.
Si se toman las cifras interanuales, el precio medio al cierre del segundo trimestre fue de 2.004 euros por metro cuadrado, el más alto desde mediados de 2008. Si bien, la vivienda nueva ha alcanzado máximos históricos en los 2.194 euros por metro cuadrado, en un momento en que el ritmo de construcción de obra nueva sigue estando muy por debajo de la creación de nuevos hogares. El precio medio interanual de la vivienda usada aumentó hasta los 1.958 euros, su nivel más elevado desde finales de 2008, cuando los síntomas de la crisis inmobiliaria eran evidentes ya. La subida de precios interanual, entre el segundo trimestre de este año y el mismo periodo del ejercicio previo, fue del 2,6%, por lo que también se acelera.
Entre abril y junio catorce comunidades autónomas han sufrido aumentos del precio de la vivienda con respecto al trimestre anterior, de modo que únicamente se han registrado descensos en País Vasco (-3,4%), Asturias (-2,8%) y Castilla-La Mancha (-1,9%). Las subidas las encabeza de lejos Canarias (+14,3%), seguida de La Rioja (+8,7%) y de Andalucía (+5,6%). Los precios medios más elevados los alcanzan Baleares (3.534 euros por metro cuadrado), Comunidad de Madrid (3.390 euros), País Vasco (2.928 euros), Canarias (2.528) y Cataluña (2.500). Por el contrario, los más bajos se registraron en Extremadura (813 euros por metro cuadrado), Castilla – La Mancha (876 euros) y Región de Murcia (1.151 euros por metro cuadrado).
Tomando como referencia su Índice de Precio de la Vivienda de Ventas Repetidas, que ofrece datos más homogéneos sobre su evolución, los Registradores calculan que los precios de los inmuebles acumulan un rally del 74,34% desde los mínimos que marcaron en 2014. El hecho de que hayan venido subiendo prácticamente de forma ininterrumpida desde entonces repercute en la actividad inmobiliaria, dando lugar a niveles de compraventas más reducidos.
En teoría, esta reducción de la actividad de compraventas de vivienda, sostenida en el tiempo, tendría como efecto de segunda ronda la moderación del ritmo de crecimiento del precio de la vivienda, aspecto que no se está produciendo, «pero que no evita que pueda ocurrir a medio plazo», sostienen en su informe. Este hecho puede justificarse, en parte, por el incremento de la población, que junto al buen comportamiento del empleo y de la actividad económica, «están configurando un contexto favorable para mantener niveles significativos de actividad inmobiliaria».
A lo anterior se suman otros factores como la fortaleza de la demanda extranjera o el descenso de los tipos de interés en ciernes -ante la perspectiva de que el Banco Central Europeo anuncie una nueva bajada de sus tasas de referencia en su próxima reunión del 12 de septiembre, a la que podría seguir alguna más en el tramo final del año.
Todo ello está provocando que, a pesar del descenso del número de compraventas de vivienda, los precios sigan mostrando una notable intensidad. Los Registradores señalan que si bien un relativo grado de estabilidad o incluso ligeros descensos de precios no debería considerase negativos desde el punto de vista de la evolución de la actividad, «el empuje de la demanda hace difícil llegar a dicho escenario a corto plazo».