Así, el tribunal encara a partir de la próxima semana la polémica de las recusaciones, cuyo devenir se antoja vital para alterar o mantener el actual equilibrio de fuerzas entre progresistas y conservadores, que está 6 a 5 para los primeros tras la abstención del magistrado y exministro de Justicia Juan Carlos Campo. Eso sí, el Pleno estudiará tan solo la recusación del PP contra Conde-Pumpido, quien ha pedido a los otros dos magistrados recusados que no participen del debate, Laura Díez y José María Macías.
Se da por tanto el escenario que reclamaba la minoría conservadora, que abogaba por excluir del debate a todos los recusados por la amnistía, lo que deja al tribunal en tablas (4 a 4) para resolver la recusación; cuando los progresistas, en principio, apostaban porque solo el recusado en cuestión se aparte de su propia votación y sí participe de la de sus compañeros, que era la posición que defendía el propio presidente.Pero con este cambio de criterio, el pleno quedará configurado por cuatro conservadores y cuatro progresistas, aunque con el voto de calidad de la vicepresidenta, la progresista Inmaculada Montalbán, que asume la presidencia en ausencia de Conde-Pumpido.
Sin embargo, fuentes jurídicas han informado de que no será necesario que la vicepresidenta haga uso de ese privilegio, puesto que ambos grupos mantienen contactos para alcanzar la unanimidad y rechazar la recusación del PP por no tener base, ya que desde el sector conservador se valora el cambio de los progresistas.
Otras fuentes consultadas consideran probable que, más adelante, también se rechace la recusación contra Laura Díez, que fue alto cargo en Moncloa con el Gobierno de Sánchez, y que la tarea más complicada vendrá con la recusación de Macías, quien cuando era vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) respaldó dos informes contrarios a la norma. Aquí habrá debate, afirman las fuentes.
Del mismo modo que si una recusación se desestima, a partir de ese momento el magistrado recusado dejará de estarlo, y ya podrá intervenir en los siguientes procesos, es decir, que a medida que se resuelvan las recusaciones iniciales, aquellos cuyas recusaciones se rechacen se puedan ir incorporando a las de los demás, lo que supone que Conde-Pumpido si podría participar en los casos de Díez y Macías.
Con todo, el debate se antoja complejo. De hecho, hay 54 recusaciones, algo nunca visto en el Tribunal. La Abogacía del Estado, la Fiscalía y el expresidente catalán Carles Puigdemont han solicitado apartar a Macías mientras que el PP y varias comunidades autónomas han pedido recusar a Conde-Pumpido y a Díez. Una de las consecuencias será que el fallo de la amnistía se retrasará más aún debido al volumen de recusaciones por resolver.
La idea es resolverlas individualmente por orden cronológico de su presentación, han explicado las fuentes, que recuerdan que nunca ha habido tal avalancha de recusaciones lo que se traduce en un puzzle complicado, que obliga a ir paso a paso ya que, precisan, existen unas que están más fundadas que otras