Sus datos apuntan a que esta tendencia ha incentivado una subida generalizada de rentas en los centros de las ciudades, sobre todo en locales de gran tamaño, algo que no sucedió en parques comerciales ni otras ubicaciones secundarias, cuyos precios se mantuvieron estables. En las principales calles, las rentas ‘prime’ para un local típico de 100 metros cuadrados alcanzaron los 249 y 247 euros mensuales por m2 en Madrid y Barcelona, respectivamente, creciendo un 1,5% y 2,5% en el último año. Además, los datos de JLL hacen prever que esta tendencia se mantendrá con un crecimiento medio anual del 2% hasta 2026.
En el caso de los centros comerciales, estas rentas mensuales se situaron en 90€/m2 a cierre de 2022, mientras que en los parques comerciales situados a las afueras de las ciudades este coste se situó en 17,5€/m2. En ambos casos, los precios fueron estables durante el año, mostrando un comportamiento desigual en función de su localización. Para 2023, la consultora cree que los precios de estos alquileres apenas crecerán un 1% y subirán de forma moderada en los años sucesivos.
El impulso del comercio electrónico durante la pandemia ha obligado a las principales firmas a reformular sus modelos logísticos, algo que según JLL «ha llevado necesariamente a acelerar la adaptación de las tiendas y espacios físicos» hacia una experiencia más omnicanal. Los ingresos de las tiendas online seguirán creciendo, pero lo harán a un menor ritmo que las presenciales, apoyadas en la vuelta del turismo internacional.
Los ingresos del ‘ecommerce’ bajaron un 5% en 2022 frente a las subidas del 49% y 19% en 2020 y 2021. Por el contrario, se espera que crezcan hasta 2027 a un ritmo medio anual del 15%, según cálculos de Oxford Economics. Los márgenes de los vendedores online también se han resentido en los últimos meses, afectados por la caída del consumo, el exceso de expansión o el incremento de costes, afectando a bienes como la moda o los productos electrónicos.
En una línea similar, este servicio de estudios apunta que las ventas físicas se relajarán en toda Europa durante este 2023 y crecerán de forma moderada un 1,7% por la alta inflación, la caída de la renta disponible y un gasto más cauto por parte de los consumidores. Según se acerquen las fechas navideñas irá recuperándose este ritmo, hasta que en 2024 se vuelvan a superar los niveles de 2022 (2,0%) con una previsión de ventas del 2,6%.
Una de las grandes tendencias del retail europeo de los últimos tiempos pasa por la expansión física de las marcas nativas digitales, que cada vez más apuestan por las tiendas efímeras (‘pop-up stores’) como forma de acceder a nuevos públicos. Marcas como Hawkers, AliExpress, Wallapop, Shein o más recientemente Blue Banana y Nude Project han ido abriendo sus propios locales en ubicaciones clave de Madrid o Barcelona, un modelo que fomenta la rotación de locales, es flexible y puede optimizarse a gusto de la marca.
La desvirtualización de estas firmas nacidas en el ecosistema digital también ha reforzado la demanda de locales físicos en el centro de las ciudades y otras ubicaciones clave, elevando la presión sobre la oferta existente y por tanto, sobre sus precios. Esta situación se ha agravado porque estas marcas suelen reclaman espacios con más metros cuadrados, con el fin de dedicar parte del espacio a almacén y reducir sus costes de distribución, según la consultora. Este tipo de negocios han visto cómo se resentían sus márgenes de beneficio » debido al debilitamiento de la demanda de los consumidores, el exceso de expansión y el aumento de costes», señala JLL. Otros grandes actores que ya diversificaron sus canales seguirán manteniendo esta apuesta, pero seguirán buscando fórmulas que permitan mejorar sus márgenes. Es el caso, por ejemplo, de Inditex, que mantiene sus planes de crecimiento físico al tiempo que busca expandir su presencia online y hacerla viable, con menores costes de distribución o implementando tasas a las devoluciones por correo. El reto pasa ahora por optimizar la superficie de estas ubicaciones ‘prime’ para dedicar espacio a almacenes o prestar el servicio de entrega física a clientes que compren online.
Esta nueva tendencia de combinar lo físico con lo digital cobra fuerza entre las nuevas generaciones, quienes abogan por informarse de los productos en canales de venta online pero ejecutan sus compras en locales físicos. Un estudio de la consultora Mazinn y el centro comercial La Vaguada (Madrid) descubrió que los jóvenes de entre 18 y 25 años ya no ven este tipo de espacios como un lugar para realizar sus compras, sino que acuden como forma de entretenerse, para «dar una vuelta y ver tiendas» o para ir «al cine, a la bolera o a tomar algo». El mismo informe apuntaba que los ‘Zetas’ consideraban como «conflictivo» el hecho de tener que esperar la cola en sus compras, prefiriendo que la recogida de paquetes o el proceso de pago sean automáticos y simples.