El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Sikorski, adelantó este sábado que Francia acogería una cumbre de emergencia para abordar el futuro de Ucrania y el papel de Europa en unas supuestas conversaciones de paz. Pero no ha sido hasta este domingo, que el ministro de Exteriores galo, Barrot, confirmó que el presidente francés, Macron, reunirá este lunes en París a «los principales países europeos» para debatir una postura común sobre la «seguridad europea».
Las posibles negociaciones para acabar con tres años de invasión rusa de Ucrania han sido el tema más discutido durante este fin de semana en la 61ª Conferencia de Seguridad de Múnich. En la ciudad bávara, se ha puesto de manifiesto las evidentes diferencias que separan a Estados Unidos, conTrump al frente, y al Viejo Continente. De hecho, el republicano sorprendió a los europeos el miércoles cuando afirmó que había hablado con el presidente ruso, Putin, y ordenó iniciar las conversaciones sobre Ucrania.
El anuncio del presidente estadounidense hizo temer a los dirigentes europeos que quedarían excluidos de las negociaciones para poner fin a la guerra. Por su parte, el presidente ucraniano, Zelenski, presente también en la conferencia alertó a Europa de quedarse atrás y apostó por la creación de un Ejército europeo, ante el abandono de Estados Unidos. Asimismo, Zelenski se mostró optimista y señaló que el «éxito es posible» en las negociaciones de paz que promueve EE.UU.
«Hemos empezado a trabajar con el equipo del presidente Trump y ya sentimos que el éxito es posible», escribió en sus redes sociales desde Múnich, donde anoche concluyó dos maratonianas jornadas de intervenciones ante líderes europeos y estadounidenses y una intensa agenda de reuniones con diferentes políticos y, sobre todo de EE.UU. como el vicepresidente, J.D. Vance, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado para la guerra en Ucrania, Keith Kellog.
Zelenski indicó que Estados Unidos es visto ahora en el mundo como una fuerza que no solo puede detener la guerra, sino también ayudar a garantizar la fiabilidad de la paz después de un alto el fuego. En Múnich, Zelenski y J.D. Vance acordaron trabajar por una paz duradera mientras que los líderes europeos observaban desde los márgenes el encuentro y con cierta inquietud cómo el Viejo Continente quedaba excluido de los planes de EE.UU., tanto en la mesa de negociaciones como de las consultas previas. Eso sí, Zelenski recalcó que Europa debe tener claramente una voz, al escribir que «la paz real es posible» aunque vaya a haber intentos diferentes de Putin de «engañar a todo el mundo y prolongar la guerra». «Debemos alcanzarla (la paz): Ucrania, Estados Unidos y Europa. Esta es nuestra seguridad común», enfatizó.
También señaló que espera una pronta visita de Kellogg a Ucrania para seguir estudiando la situación y encontrar vías para que el presidente Trump adopte «decisiones firmes y verdaderamente pacificadoras».
El jefe de Estado de Ucrania explicó que los dos equipos trabajan «con gran detalle y esmero en un acuerdo especial» entre Kiev y Washington «que fortalecerá definitivamente a Estados Unidos y Ucrania», si bien no reveló de qué acuerdo se trata.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, entregó el pasado día 12 en Kiev a Zelenski un borrador de un acuerdo para garantizar la continuidad de la ayuda estadounidense a Kiev a cambio de acceso a minerales críticos de las tierras raras que posee Ucrania por un monto de 500.000 millones de euros.
Zelenski, que en Múnich también se reunió con senadores estadounidenses y miembros de la Cámara de Representantes del país norteamericano, explicó anoche que Kiev aún no está preparada para firmar este acuerdo. «No he permitido a los ministros firmar el acuerdo porque, en mi opinión, no está preparado para protegernos a nosotros, a nuestros intereses», declaró a los medios en Múnich, según el periódico Kyiv Independent.
«Podemos considerar cómo distribuir los beneficios (del acuerdo sobre recursos minerales) si está vinculado a un acuerdo de seguridad», añadió Zelenski, quien recalcó que el borrador no incluye garantías de seguridad y que hay que tener en cuenta que las reservas no son suyas, sino del pueblo ucraniano.