Dos años consecutivos de fuertes subidas de las cotizaciones son suficiente motivo para reacciones como la vivida en los últimos días. Los esperados resultados de Nvidia no defraudaron a los analistas, pero sus previsiones para los próximos trimestres, junto con un ligero ajuste a la baja de los márgenes de la compañía, sí generaron algunas dudas.
A nivel macroeconómico, la confianza del consumidor de The Conference Board cedía hasta 98,3, frente a una estimación de 102,7 y un dato anterior de 105,3. Este indicador predice el gasto futuro de los ciudadanos estadounidenses, cuyo consumo es uno de los principales motores de su economía. Además, la primera revisión del PIB del cuarto trimestre se mantuvo en 2,3% (se esperaba 3,1%) y la venta de viviendas sigue sin dar señales de mejoría. Pero no todo es negativo, los datos del PCE tranquilizaron al mercado, especialmente al confirmase que el componente subyacente bajaba hasta el 2,6% desde el 2,9% anterior, lo que debería favorecer lecturas más favorables del IPC en los próximos meses. Adicionalmente, el dato del PMI manufacturero de Chicago saltaba hasta un 45,5, que aunque se mantiene en zona de contracción, experimentó una muy notable subida desde el dato anterior de 39,5.
En Europa los datos de IPC confirmaban las expectativas, 2,5% y 2,7% para el IPC subyacente, lo que permite seguir pensando que la inflación se irá moderando a lo largo del año. Las actas de BCE confirmaron lo que el mercado descuenta, probablemente bajará otros 25 puntos básicos esta misma semana y lo volverá a hacer en dos ocasiones más a lo largo del año. Eso sí, algunos de sus miembros elevaron el tono para mostrar su preocupación por la tendencia alcista del IPC desde los mínimos de septiembre y por lo tanto solicitan mayor confianza para seguir con la relajación de la política monetaria a partir del mes de abril. Sin embargo, la debilidad del crecimiento económico y el descenso en la presión salarial en los últimos acuerdos cerrados entre empresarios y sindicatos, facilitarían la senda de las bajadas de los tipos de interés.
Así, con este marco financiero las bolsas corrigieron en Estados Unidos, donde el S&P 500 cayó un 0,98% y el Nasdaq 100 un 3,38%, estando los 7 magníficos entre los más penalizados. En Europa el Euro Stoxx 50 apenas cedió un 0,15% mientras que el Ibex 35 superaba sus últimos máximos relativos para cerrar en los 13.323,20 puntos, o lo que es lo mismo una subida del 2,87%. Ese nivel del Ibex no se veía desde junio de 2008.
En los mercados de renta fija la potencial desaceleración del consumo en Estados Unidos llevaba la rentabilidad del Treasury a 10 años hasta el 4,21 %, lo que supone una caída de 22 puntos básicos. El mercado apuesta ahora por 2 o 3 bajadas de 25 puntos básicos en 2025. El Bund y el Bono cedían 7 puntos básicos para cerrar con una rentabilidad del 2,39% y del 3,08%.
Las materias primas también vieron como las ventas se imponían en el mercado, el oro corregía un 3,08% hasta los 2.862,20 USD/Onz mientras que el Brent lo hacía en un 2,49% hasta los 72,50 USD/b, un potencial fin de la guerra en Ucrania podría afectar a la baja a los precios de la energía.
Esta semana estaremos pendientes de la reunión del BCE, del crecimiento de las ventas minoristas, los PMIs y el PIB en la zona euro. En China se reúne la asamblea nacional, de la que se espera un paquete de medidas de gasto fiscal para relanzar la economía, además de los PMIs. Y en EE.UU. estaremos muy pendientes de los datos de empleo que se conocerán a lo largo de la semana, donde se espera que la tasa de desempleo se mantenga en el 4% y se creen más de 150.000 empleos no agrícolas.
La temporada de resultados prácticamente ha finalizado, con un crecimiento del BPA del 14,1% (frente a una previsión inicial de 7,5%). Hasta el pasado viernes habían presentado sus resultados 485 compañías, de las cuales el 74% han sorprendido positivamente frente a un peor comportamiento del 19%.