En la sesión de esta mañana, tampoco han faltado las preguntas sobre Víctor de Aldama, a quien el actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática aseguró no recordar para, 24 horas después, verse obligado a admitir la existencia de un mensaje con el presunto comisionista de la trama, que fue revelado en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
En esta nueva comparecencia, el objetivo de Torres era ‘vender’ que descubrió ese mensaje de casualidad gracias a su asesor, pero el ministro se ha visto en apuros cuando el portavoz del Partido Popular (PP) reveló cómo dicho texto fue leído por el ministro «menos de 2 horas después de que se enviara».
Para cuando desde la bancada popular se hacía esta afirmación, Torres ya había perdido los estribos en el Senado. Un nerviosismo que aumentó al ser preguntado, de manera directa, si se había reunido con Aldama el día anterior al mensaje y si el motivo de dicho encuentro había sido tratar algo relativo al rescate de Air Europa.
El ministro de Política Territorial sostuvo no acordarse de ello, aunque el propio Aldama habló que se vieron «un momento» a sabiendas de que se había presentado como representante de esa compañía en el fatídico mensaje del 16 de julio de 2020. El mismo día en el que, según la UCO, se reunieron Pedro Sánchez, Nadia Calviño y José Luis Ábalos para tratar el asunto de la aerolínea, en el momento en el que, en otro escenario, Begoña Gómez coincidía con Javier Hidalgo, CEO de Globalia, matriz de la compañía aérea.
El ministro de Memoria Democrática ha vuelto a insistir, haciendo gala de una memoria selectiva por momentos, que no le «consta» haber recibido más mensajes de Aldama, desde el segundo terminal móvil del «nexo corruptor» de la trama, o haber mantenido otra reunión con él, pero sin descartarlo de manera tajante. Una ‘amnesia’ que le ha puesto hoy en una situación incómoda.
No en vano, el ministro aseguró en el Congreso no saber quién era Díaz Tapia, el socio de Aldama con el que supuestamente se mensajeó y se reunió para la compra de material PCR que la trama también trató de vender a la exministra Reyes Maroto. El vídeo de su respuesta en el hemiciclo, que resultaba no ser cierta, mostrado por el senador del PP, Fernando Martínez Maíllo, durante la sesión de este jueves, terminó por desencajarle.
La incomodidad del ministro fue tal que, en los últimos minutos de su intervención, a preguntas del senador Maíllo sobre si tenía comprado un vuelo a Madrid la noche en la que Aldama tenía reservado un piso para él, el exministro de Transportes Ábalos y unas «señoritas», admitió que su intención era volar esa noche a la capital aunque, finalmente, viajó a la mañana siguiente.
«Yo no podía estar en pisos con señoritas o mujeres prostituidas y explotadas sexualmente, porque acredité con certificados de haber volado y de estar en mi casa con mi familia», ha defendido tras el desliz. Acto seguido ha lamentado tener que comparecer tres veces en una comisión de investigación parlamentaria, lo que «no había ocurrido antes con nadie».
«Por lo tanto, lo que espero es que hoy el Partido Popular», al que ha afeado estar haciendo un «uso político» de la herramienta de investigación, «que es quien pide mi presencia aquí de nuevo, y que ha sido vocero de esa difamación y esa injuria, tenga la oportunidad de pedir disculpas y perdón», ha cargado visiblemente molesto.