Pues bien , por lo que se aprecia cada vez que hay una sesión de control, es decir, cuando los diputados exigen al gobierno cuentas de lo que están haciendo, han hecho o debieran , al menos , haber intentado llevar a cabo, la ciudadanía cada semana que pasa esta mas caliente con sus señorías y estamos llegando a un puno en el que por el mero hecho de preguntar, no sin cierto retintín desde el gobierno, si es que se digna responder a estas cuestiones, se utiliza el vocabulario como venablo de ataque y no de explicación, por lo que empieza a ser, también normal, que la presidenta se vea sobrepasada una y otra vez y comprobemos la escasa autoridad que ejerce sobre los presentes.
Como además la situación política del gobierno no es precisamente de las mas brillantes pues resulta que recibe ataques, no ya de la oposición , que al fin y al cabo seria un proceso normal, sino de sus propios socios de gobierno que la no compartir ni opiniones ni criterios han encontrado en la Cámara el eco necesario para que la ciudadanía, si lo medios de comunicación recogen sus quejas en informativos y diarios, se entere de que no comparte esto o aquello con el gobierno Sánchez. Quizá por ello, y por la necesidad de que el titular de la información sea llamativo escuchamos cosas curiosos, “como no les votamos para eso” en labios incluso de ex ministras, quejosas con su condición de pseudo oposición que hoy deben de ejercer, y que , por lo que parece no solo no les gusta, sino que mas bien les disgusta.
Y las que dese luego se llevan la palma son las señoras vicepresidentas que, en ausencia del jefe, se ven obligadas a poner su coloreada y pigmentada carita para recibir las bofetadas de unos y otros, lo cual a ninguna de ellas les gusta por lo que en cuanto pueden responden con destemplanza y utilizando ese leguaje torticero que tantos éxitos les da en sus mítines, pero que en la Cámara resulta un tanto barriobajero y les deja una imagen de cualquier cosa menos de vicepresidentas de un gobierno que se dice progresista y feminista.
En fin que esto se calienta y va a mas y que nadie sabe por donde puede salir, pero no augura una primavera política positiva, sino caliente y bronca.