El 76% de los empleados ya ha notado cambios en su trabajo debido a esta tecnología, y se estima que entre el 15% y el 50% de las tareas actuales podrían ser automatizadas en los próximos años. Sin embargo, a pesar de que el 97% de las empresas reconoce la importancia de la IA y su adopción es elevada, solo el 17% ha obtenido un retorno significativo de sus inversiones, lo que demuestra que la implementación de esta tecnología aún enfrenta desafíos, según concluye el informe State Of Our World 2025, elaborado por Oliver Wyman Forum.
Este informe analiza la evolución del panorama global en los próximos años e identifica nueve tendencias clave que están redefiniendo la forma en que operan las organizaciones y compiten en el mercado: la geopolítica y las cadenas de suministro, la recalibración regulatoria para fomentar un crecimiento sostenible, el dilema demográfico, la transformación del trabajo, el auge de la inteligencia artificial, la redefinición del rol de los CEO, la construcción de confianza, y la evolución de la relación con el cliente. Estas dinámicas crean tanto desafíos como ventajas para las empresas que logren comprender el contexto y adaptarse ágilmente a estos retos globales
«Las empresas ya no pueden operar con los mismos esquemas del pasado. La velocidad y magnitud de los cambios requieren una capacidad de respuesta más ágil y una visión estratégica que permita convertir la incertidumbre en ventaja competitiva», afirma Campos, presidente de Oliver Wyman para España y Portugal.
• El informe identifica 9 aspectos críticos que están redefiniendo la forma en la que operan las organizaciones el mercado, concluye que, aunque el 97% de las empresas reconoce su importancia, solo el 17% ha logrado un retorno significativo de sus inversiones en IA, lo que evidencia que la adopción de esta tecnología aún enfrenta desafíos.
• El 76% de los empleados ha visto cambios en su trabajo debido a la IA y se estima que entre el 15% y el 50% de las tareas actuales podrían ser automatizadas en los próximos años.
• La geopolítica se convierte en una prioridad para las empresas: el 86% de los líderes ya está tomando medidas para mitigar los riesgos relativos a la distribución de sus productos, la reducción de sus facturas energéticas y la aplicación de sus sistemas de suministros.
• Otro de los factores relevantes identificados es la creciente regulación en sectores críticos para la economía mundial como son las finanzas, la ciberseguridad y la tecnología, lo que obliga a las empresas a ajustarse a nuevos estándares normativos.
Entre las tendencias más determinantes detectadas en el informe se encuentra la profunda reconfiguración geopolítica que está atravesando el mundo, que está redefiniendo el equilibrio de poder a nivel global. La globalización está dando paso a un entorno más fragmentado, donde la competencia entre bloques redefine el comercio y la inversión. El conflicto en Ucrania y la creciente rivalidad entre EE.UU. y China han acelerado esta transición, dando lugar a tres bloques: uno liderado por EE.UU., otro por China y Rusia, y un tercero de países neutrales. En este contexto, los gobiernos intervienen con mayor frecuencia, imponiendo aranceles y sanciones que alteran las reglas del comercio internacional. Las empresas, ante este nuevo orden, deben integrar la geopolítica en su estrategia para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en mercados emergentes.
Esta nueva realidad impacta directamente en las cadenas de suministro, cuya fragilidad quedó en evidencia con la pandemia y las tensiones comerciales. La dependencia de China, antes clave para reducir costos y escalar la producción, ahora se percibe como un riesgo. Muchas empresas han adoptado la estrategia «China plus one», diversificando su producción en países como Vietnam, India y México. Sin embargo, la infraestructura en estos mercados emergentes aún no iguala la eficiencia china. Mientras tanto, gobiernos de todo el mundo priorizan la seguridad de los suministros estratégicos con regulaciones y subsidios, acelerando la relocalización de industrias clave y transformando el comercio global.
El mundo laboral está experimentando una transformación sin precedentes, impulsada por la convergencia de la automatización y el envejecimiento de la población. La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo la organización del trabajo y la gestión del talento, mientras que la disminución de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida reducen la disponibilidad de trabajadores jóvenes. Se estima que hasta 85 millones de empleos podrían ser reemplazados por la automatización en 2025, aunque también se prevé la creación de 97 millones de nuevos roles. Ante este panorama, las empresas deben encontrar nuevas estrategias para atraer y retener talento, integrando la IA de manera que complemente las habilidades humanas y facilite la transición de los empleados cuyos puestos están siendo transformados.
El impacto de la inteligencia artificial ya se siente en múltiples sectores, desde la automatización de procesos industriales hasta la optimización de la toma de decisiones en finanzas y salud. Sin embargo, aunque el 97% de las empresas reconoce su importancia, solo el 17% ha logrado obtener un retorno significativo de sus inversiones, lo que demuestra que su adopción aún enfrenta desafíos. La falta de talento especializado, la necesidad de infraestructuras adecuadas y las preocupaciones regulatorias y éticas siguen siendo barreras clave. No obstante, las compañías que logren integrar estratégicamente la IA para potenciar sus capacidades humanas, en lugar de reemplazarlas, podrán aprovechar su verdadero potencial y obtener ventajas competitivas en un entorno empresarial en constante evolución.
El informe destaca la necesidad de equilibrar la regulación de los mercados para garantizar un crecimiento sostenible sin frenar la innovación. Sectores como la tecnología y los servicios financieros enfrentan un aumento de la presión regulatoria, ya que una supervisión excesiva puede sofocar el desarrollo, mientras que la falta de control puede generar riesgos sistémicos. La inteligencia artificial, la ciberseguridad y la privacidad de los datos están en el centro del debate, impulsando a los gobiernos a adoptar un enfoque más intervencionista. La Ley de IA de la Unión Europea se perfila como un referente global, mientras que EE.UU. y China buscan desarrollar marcos regulatorios propios que equilibren seguridad e innovación. Además, el sector financiero y el manejo de datos están bajo un escrutinio más estricto, lo que obliga a las empresas a reforzar sus sistemas de protección y a adaptarse a normativas en constante evolución.
Por otro lado, la relación entre las marcas y los consumidores también está experimentando una transformación, impulsada por la demanda de experiencias personalizadas y una mayor alineación con los valores de los clientes. La lealtad es cada vez más volátil, y según el informe, el 62% de los consumidores cambiaría de marca tras una sola mala experiencia. La Generación Z, en particular, siente que muchas marcas no los representan adecuadamente en su publicidad, lo que refuerza la importancia de una comunicación auténtica y transparente. En este contexto, la inteligencia artificial y el análisis de datos permiten a las empresas anticiparse a las necesidades del cliente y ofrecer interacciones más precisas. Sin embargo, el equilibrio entre personalización y privacidad sigue siendo un reto, ya que los consumidores exigen cada vez más control sobre sus datos y transparencia en su uso.
Las tendencias del informe State of Our World 2025 plantean tanto desafíos como oportunidades, y solo aquellas organizaciones con visión estratégica, capacidad de innovación y resiliencia lograrán mantenerse competitivas y liderar en un entorno marcado por la incertidumbre.