Por eso a nadie le choca que en esa alarde típico de los hombres y mujeres de Sánchez se asegure que están «muy tranquilo» porque han trabajado con transparencia y de forma «ejemplar» y aseguran que no se sienten chantajeados por miembros de la llamada ‘trama Koldo’.
Al menos es o es lo que defiende la ministra portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en La Moncloa puesto que según esta versión, el Gobierno, como no podía ser de otra manera, trabaja «con rigor, con transparencia y de forma ejemplar» y ya de paso la señora Alegría, que nunca miente ni critica a nadie siguiendo los guiones de los estrategas de Moncloa, ha denunciado que existe una «campaña de acoso y derribo» contra el Gobierno por parte de «la derecha y la ultraderecha».
Es decir, y solo por citar un par de casos, el presidente de la Diputación de Badajoz no abandona esa cómoda presidencia para retirarse al parlamento autonómico extremeño, porque no tiene miedo de que la jueza del caso David Sánchez, le impute y termine en la trena por un delito de prevaricación y abuso de poder. O la ex presidenta de Adif ha actuado con trasparencia y decencia colocado a la amante de Abalos por su gran experiencia profesional y no por lo que todos pensamos.
Por otra parte, Alegría no se ha atrevido a contestar a las diversas preguntas que se le han hecho sobre el posible chantaje después de que los medios publicasen en los últimos días que cargos socialistas han sido chantajeados bajo amenaza de publicar información que podría hacer caer al Gobierno. «No tenemos nada de que preocuparnos», ha asegurado.
Ahora bien, la portavoz del Ejecutivo ha insistido en que la filtración de los mensajes entre Sánchez y el exministro Ábalos «atentan contra el derecho a la intimidad y el secreto de las comunicaciones del presidente del Gobierno», protegido por el «artículo 18 de la Constitución», según ha recalcado.
El caso es que el Gobierno no se atreve a denuncia estas filtraciones por mucho que hasta el ministro Bolaños jurase y perjurase que así se haría. Una semana después Alegria ha reiterado que esos mensajes no forman parte de ninguna causa judicial abierta y ha evitado señalar a nadie como posible filtrador, a pesar de que el propio Ábalos admitió que consintió la publicación de una parte de esos mensajes.
“Somos los primeros interesados en llegar hasta el fondo de esta cuestión porque es de una gravedad máxima que se filtren y que se den a conocer mensajes y conversaciones privadas y que se atente de esta manera tan clara a la intimidad del Presidente del Gobierno», se ha quejado.
Pero mucha queja y ni un solo movimiento en dirección a la denuncia ante la Justicia para que esta aclare los hechos.
¿Por qué será? ¿Po temor? ¿Por qué existe el chantaje?
Alguna vez se sabrá y no a mucho tardar