En este sentido, una vivienda tipo de 90 m2 costaría 409.320 €. Teniendo en cuenta que el alquiler medio de la región se sitúa en los 20,08 €/m2, arrendar una vivienda tipo supondría un coste de 1.807,20 € mensuales. La rentabilidad bruta del alquiler en la comunidad madrileña, por tanto, es del 5,30%.
Si nos centramos en la capital madrileña, la rentabilidad desciende ligeramente hasta un 4,81%. El precio de venta del metro cuadrado es de 6.410 €/m2, de modo que un inmueble de 90 m2 se vendería por 576.900 €. Comparando estas cifras con las del alquiler, una vivienda tipo exigiría 2.313,90 € mensuales (25,70 €/m2).
Aunque la capital española es una de las zonas más tensionadas para los que viven de alquiler, Font de pisos.com insiste en que acceder a la vivienda en propiedad “también representa un gran reto”. Según los últimos datos publicados por pisos.com, los cinco municipios más caros para adquirir un inmueble en la Comunidad de Madrid son Pozuelo de Alarcón, donde una vivienda tipo de 90 m2 tiene un precio medio de 386.625 € (4.296 €/m2); Majadahonda, con un precio medio de 347.807 € (3.865 €/m2); Las Rozas de Madrid, con un precio medio de 313.565 € (3.484 €/m2); Alcobendas, con precio medio de 303.052 € (3.367 €/m2) y San Sebastián de los Reyes con precio medio de 301.915 € (3.355 €/m2).
En el extremo opuesto, Ciempozuelos lidera el ranking de los municipios más económicos para comprar una vivienda, ya que un inmueble tipo de 90 m2 se sitúa en torno a los 137.005 € (1.522 €/m2). Le siguen San Martín de la Vega (1.642 €/m2), Aranjuez (1.804 €/m2), Mejorada del Campo (1.900 €/m2) y Parla (1.990 €/m2).
Font destaca que “las zonas más caras no necesariamente son las que han sufrido una mayor variación de precios en los últimos años”. En el último lustro, los municipios de Torrelodones, Pinto, Arganda del Rey, Alcalá de Henares y Navalcarnero han experimentado un incremento del 59,58%, 51,27%, 49,69%, 43,65% y 42,33%, respectivamente. El director de Estudios destaca que este aumento tan acelerado “excluye del mercado ya no solo a los jóvenes sino también a las familias con situaciones económicas más complicadas”, y añade “no existe una única solución para resolver este problema, pero cualquier paso hacia adelante depende de un mayor consenso entre los poderes público y privado”.