El consumo se mantiene en niveles saludables y en consonancia con un crecimiento decente, a pesar de la desaceleración del mercado laboral. Ante los escasos indicios de aceleración económica en la zona euro, la subida de los rendimientos de los bonos soberanos estadounidenses fue suficiente para impulsar al alza el dólar frente a las principales divisas del G10. La sentencia sobre la legalidad del despido por parte de Trump de la gobernadora Cook, y sus implicaciones para la independencia de la Reserva Federal, siguen siendo un riesgo para el dólar. Sin embargo, por ahora la mejor alternativa al billete verde creemos que es el oro, y no otra divisa.
En circunstancias normales, esta semana la atención se centraría en el importantísimo informe de nóminas no agrícolas que se publicará el viernes, pero la política estadounidense podría volver a acaparar el protagonismo. Un posible cierre del Gobierno si no se cumple el plazo del 1 de octubre para la aprobación de los gastos estatales podría provocar un retraso en la publicación del informe de empleo. La inflación de septiembre en la zona euro (que se publicará el miércoles) será el otro foco de atención para los operadores. En el Reino Unido, la fragilidad del mercado de bonos desplazará la atención a la política interna del Partido Laborista y su impacto en el déficit y los próximos presupuestos.
EUR
Las cifras del PMI de la zona euro de la semana pasada mostraron un crecimiento moderado, con una ligera contracción en el sector manufacturero compensada por unos datos algo mejores en el sector servicios. Con respecto al sector manufacturero, aún no se aprecia el impulso del paquete fiscal alemán anunciado hace casi seis meses, lo cual no es demasiado sorprendente dado el desfase inherente a estos tipos de estímulos, y en particular al gasto en infraestructura; no esperamos que se note el impacto hasta principios de 2026.
Las expectativas de inflación en la zona euro han aumentado ligeramente y, aunque siguen siendo relativamente moderadas, esto probablemente implique que no producirán más recortes de tipos por parte del Banco Central Europeo. Los datos de inflación de septiembre, que se publicarán el miércoles, no deberían tener ninguna repercusión en los mercados. Se espera que la tasa de inflación subyacente, que podría decirse que es la más seguida por los miembros del BCE, se mantenga sin cambios y ligeramente por encima del objetivo del banco por quinto mes consecutivo.
USD
El crecimiento del PIB del segundo trimestre se revisó al alza la semana pasada, y las ventas de viviendas, los pedidos de bienes duraderos y los ingresos y gastos personales superaron las expectativas. La economía estadounidense parece estar creciendo a un ritmo estable, a pesar de que el mercado laboral esté creando pocos puestos de trabajo. Esto nos indica que la ralentización en la creación de empleo es más atribuible a la oferta laboral (reducida por las medidas contra la inmigración y la situación demográfica) que a una economía en declive.
Una serie de informes sobre el mercado laboral, que culminará con las cifras de empleo de septiembre el viernes, aportarán más claridad sobre la situación del mercado laboral. Sin embargo, la probable falta de un acuerdo bipartidista para aumentar el límite de la deuda podría interferir en las publicaciones económicas de Estados Unidos. Es probable que esto añada una mayor sensación de caos político y degradación institucional, lo que podría echar por tierra la reciente apreciación del dólar.
GBP
Los índices PMI de actividad empresarial apuntan a un menor dinamismo de la economía británica. Tanto el índice de servicios como el del sector manufacturero quedaron muy por debajo de las expectativas y, aunque estamos observando un crecimiento moderado en el primero, la contracción del segundo se está acelerando. Los rendimientos de los bonos del Estado siguen rondando máximos de varias décadas, ya que los mercados siguen teniendo dudas acerca de la voluntad y capacidad del Gobierno laborista de cerrar la brecha fiscal. Cada vez parece más probable que se produzcan nuevas subidas de impuestos en los presupuestos de noviembre.
El principal respaldo de la libra esterlina son los tipos de interés del Banco de Inglaterra, que actualmente superan a todos los del G10. A pesar de ello, la economía británica se sigue encontrado en un estado de estanflación, que impide al Banco de Inglaterra bajar los tipos de interés sin que ello cause pánico en el mercado de bonos. Seguimos sin prever más recortes por parte del Comité de Política Monetaria en 2025.