Pese al debate sobre la futura identidad de los clubes a medida que el dinero institucional entra en las entidades y sus implicaciones más románticas, las grandes gestoras internacionales están cada vez más presentes en los equipos de élite, hasta el punto de haberse registrado 19 cambios de propiedad desde 2023 en clubes de fútbol europeos, la mayoría de ellos conllevando la entrada de un ‘private equity’.
Esta fiebre inversora, que se resume en 22.000 millones en transacciones entre fondos y clubes desde 2021 hasta hoy, de acuerdo con la plataforma Gain.pro, apunta a seguir escalando en los próximos años. El motivo: las necesidades financieras de los propios clubes, que ven cada vez más difícil competir sin músculo financiero frente a aquellos equipos que sí se han aliado con capital paciente e infinito como el de Abu Dhabi o Qatar.
El importe total, de hecho, asciende a 58.000 millones si se añaden otras operaciones como las inversiones que CVC Capital Partners ha realizado de manera indirecta en los clubes de España y Francia con sus respectivos acuerdos con las competiciones domésticas de ambos países.
Con todo, la inversión de Apollo Global Management a través de su vehículo Apollo Sports Capital en el Atlético de Madrid es la gran operación del deporte rey en Europa en este 2025, pero no es la única protagonizada por un fondo de capital privado en un club del Viejo Continente ni mucho menos la de mayor magnitud.
Solo el pasado año, la venta parcial del Manchester United (29 %) al multimillonario Jim Ratcliffe afloró una valoración de 5.800 millones de euros, mientras que la de Silver Lake en el Manchester City se logró con una valoración empresa (contando deuda) de 6.300 millones de euros.
Hasta ahora, era habitual ver a pesos pesados como PGIM, conocida históricamente como Prudential Mortgage Capital Company, financiando a clubes como Sporting de Lisboa o el propio Atlético de Madrid, o fondos más pequeños de ‘private debt’ haciendo lo propio con el Oporto CF. También a Goldman Sachs, que ha extendido su receta en otras latitudes y en la propia Liga española, concretamente en clubes de la magnitud del FC Barcelona, Valencia CF, Sevilla o Betis.
Pero no son solo la Premier League y La Liga las competiciones domésticas que han recibido a estos nuevos jugadores. El Calcio italiano ha visto cómo dos de sus clubes más emblemáticos, como Inter o AC Milan, han acabado en las manos financieras de Oaktree y RedBird Capital, respectivamente. Oaktree, que depende del gigante canadiense Brookfield Asset Management, aterrizó ejecutando un préstamo impagado.
Por su parte, RedBird, un fondo que tiene en cartera más de 50 empresas que representan un valor empresarial superior a los 60.000 millones de dólares, llegó al club de la misma ciudad en 2022 tomando el relevo de otro fondo, el activista Elliott, que había aterrizado solo cuatro años antes. El periodo fue suficiente para desinvertir tasando el club en 1.200 millones de euros.
Según datos recientes de PitchBook, el 36,5% de los clubes de las principales ligas europeas, las conocidas como Big Five, tiene participación de un private equity, lo que supone un ligero incremento desde el 35,7% registrado dos temporadas antes, cuando estos fondos ya habían protagonizado las primeras operaciones.
Vista esta concentración en pocas manos, la siguiente derivada que comporta el mayor protagonismo de los fondos en los clubes de fútbol es la multipropiedad. La citada RedBird Capital posee el 85 % del Toulouse francés y es dueña de Fenway Sports Group, empresa estadounidense que tiene en propiedad el Liverpool inglés.La lista sigue. City Football Group tiene bajo su paraguas al Manchester City, Girona y New York City, principalmente, y 777 Partners, fondo con sede en Miami y recientemente en el ojo de la polémica, es dueño al mismo tiempo del Hertha BSC, el Red Star FC y el propio Sevilla CF. Su participación en el club de Nervión es minoritaria.
