Eso si. ha esquivado hablar de nombres para este futuro asiento, si bien confía en que la presencia del Estado en Talgo se formalice «desde el primer día» en el que se produzca su entrada.
Igualmente, ha avanzado que el fabricante de trenes tendrá que hacer frente a nuevas multas impuestas por Renfe por el retraso en la entrega de los trenes de la serie 107. «Alguna (multa) habrá, seguramente», ha contestado al ser preguntado por ello.
«Tenemos la esperanza de que antes de que acabe 2026 tengamos ya esos trenes funcionando; vamos a ver si somos capaces. La onda que nos llega es que las pruebas están siendo bastante positivas, por lo que veremos si somos capaces de acortar los plazos, pero ya estamos en retrasos».
Renfe ya le impuso una sanción de 116 millones de euros por los retrasos de más de dos años de otros trenes, en esa ocasión los 106, y es algo que ya ha afectado a la cuenta de resultados de la compañía, que ha tenido que provisionar ese coste. Puente ha asegurado que el pago de esa multa es «impepinable», ya que considera que los contratos tienen que cumplirse, aunque ha abierto la puerta a ofrecer cierta flexibilidad a la empresa para su pago.
Sobre la operación de entrada del Estado, que va acompañada de la incorporación al accionariado también del Gobierno vasco y las empresas vascas Sidenor, BBK y Vital, Puente ha dicho que es «vital para España y en la que se lleva trabajando mucho tiempo»
«Si alguna vez escribo mis memorias, la OPA de Talgo va a tener, no un capítulo, sino un tomo probablemente, en el que además contaré muchas cosas, que ahora por razones obvias no puedo contar, pero son dos años de trabajo muy duro», ha bromeado al respecto.
El ministro ha recordado que la empresa iba a acabar en manos de una empresa húngara -«que en realidad era rusa», ha dicho-, pero que al final mantendrá su ‘españolidad’, así como la viabilidad del empleo y de su futuro.
