Aunque su impacto actual sobre Rusia será limitado, el mecanismo incrementa la influencia a largo plazo de Occidente sobre Moscú a costa de una creciente volatilidad en los mercados mundiales del petróleo.
¿Qué impacto tendrá el límite de 60 dólares por barril impuesto al crudo ruso por el G7, Australia y la Unión Europea? De acuerdo con el análisis del Departamento de Estudios Económicos de Atradius difundido por Crédito y Caución, los efectos a corto plazo sobre los ingresos de Rusia serán limitados pero el mecanismo incrementa la influencia a largo plazo de Occidente sobre Moscú a costa de una creciente volatilidad en los mercados mundiales del petróleo.
El petróleo ha centrado muchas de las sanciones occidentales vinculadas a la guerra en Ucrania, ya que supone más del 40% de los ingresos del presupuesto federal ruso. De acuerdo con el análisis de la aseguradora de crédito, dado que el crudo ruso suele cotizar en torno a los 60 dólares, con un coste marginal de producción de unos 40 dólares, el límite impuesto mantiene el precio en niveles históricos. La medida persigue mantener constante el flujo de petróleo ruso en el mercado mundial evitando dividendos extraordinarios derivados del alza de precios.
«Nuestra hipótesis de base es que Rusia seguirá reorientando hacia China, India y Turquía, entre otros, la mayor parte de sus exportaciones de crudo antes destinadas a la UE y los países del G7», explica la economista de Atradius, Dana Bodnar. Rusia puede vender petróleo a India o China al precio que acuerde siempre que todos los servicios financieros y de transporte asociados corran a cargo de países no pertenecientes a la UE ni al G7. Sin embargo, dado el dominio occidental de estos servicios, Rusia sólo podrá eludir parcialmente el límite de precios. Los buques propiedad de o asegurados por países occidentales sólo podrán transportar legalmente crudo ruso vendido por debajo del umbral de 60 dólares. «Aunque Rusia ha ido ampliando su propia flota, no es ni mucho menos lo bastante grande para cubrir sus importantes necesidades de exportación», añade.
El verdadero desafío para Rusia es la pérdida de los mercados de la Unión Europea y el G7, que no se verá completamente sustituida por la demanda adicional de India, China y otros países. Crédito y Caución estima una caída del 12% de la producción rusa en 2023. “Cortar las exportaciones es arriesgado para Rusia. Los precios subirían temporalmente, pero dado que es improbable que la guerra en Ucrania termine pronto, prevemos que los mercados mundiales se reequilibrarán a expensas de la cuota de Rusia en la producción mundial. También podría perder influencia en la OPEP+», explica Bodnar. A largo plazo, la comunidad internacional ha establecido un marco para adoptar nuevas acciones colectivas y reducir este tope de precios para presionar más a Rusia en el futuro. “Será una tarea diplomática compleja, ya que probablemente supondrá un aumento de los precios del petróleo para los consumidores occidentales, ya en apuros”, añade.
En un contexto de ralentización de la demanda en la mayoría de las grandes economías a medida que la economía mundial se acerca a la recesión, la previsión actual de la aseguradora de crédito es que los precios del petróleo bajen ligeramente en 2023, hasta alrededor de los 92 dólares por barril Brent, a pesar de la presión por parte de la OPEP+ para apuntalar los precios. Sin embargo, Crédito y Caución advierte de que la volatilidad de los mercados del petróleo es creciente. Tras años de exceso de oferta y escasa inversión, hay poco margen para que el mercado se equilibre en caso de crisis. Un crecimiento de la demanda mayor de lo previsto en China a medida que se suavizan las restricciones de Covid o una perturbación derivada de represalias rusas o de una presión occidental más agresiva podrían provocar fuertes oscilaciones del precio mundial del petróleo.