En una conversación con la presidenta del Cercle, García-Milà, abordó las implicaciones institucionales y económicas de la reiteración de las prórrogas presupuestarias, tanto en el ámbito nacional como en el europeo. La presidenta puso de manifiesto que la prórroga presupuestaria es una buena práctica prevista para evitar la parálisis administrativa, pero debe tener vocación de excepcionalidad. A su parecer, la recurrencia de estas situaciones impide el debido ejercicio de rendición de cuentas y control al que debe someterse cualquier gobierno por calidad institucional y democrática. Además, no debe eximir de la obligación constitucional de presentar proyectos de presupuestos, que permite conocer las grandes líneas de política económica que los gobiernos tienen intención de acometer.
Herrero consideró que esta falta de sensibilidad hacia la relevancia institucional del presupuesto se está asentando también en la Unión Europea, que prepara una reforma de la normativa para eximir a los países de presentar el proyecto de plan presupuestario –que hasta ahora debían presentar antes del 15 de octubre—si no están en condiciones de llevar el Presupuesto a su parlamento nacional. Esto regularía la excepción española, puesto que en 2024 España fue el único país que no presentó plan presupuestario.
Estas prácticas, según Herrero, tienen también implicaciones administrativas, como la falta de un marco claro y previsible para otras administraciones públicas, clave en países tan descentralizados como España, y las mayores dificultades para llevar a cabo una planificación presupuestaria a medio plazo, un elemento fundamental tras la reforma del marco fiscal europeo. Asimismo, recordó que los presupuestos son una herramienta esencial para anclar expectativas, sobre todo en el actual contexto de incertidumbre, en el que España sigue teniendo una deuda en el entorno del 100% del PIB.
Sobre el papel de la AIReF en este contexto de incertidumbre institucional, la presidenta resaltó que la institución, conforme a su mandato legal, vela por la sostenibilidad presupuestaria y supervisa el cumplimiento del marco fiscal nacional, incluso en ausencia de presupuestos. De hecho, la AIReF, en su último informe, recomendó al Ministerio de Hacienda iniciar a la mayor brevedad el proceso de elaboración de los presupuestos.
Asimismo, destacó la contribución de la AIReF aportando análisis económicos y presupuestarios a medio plazo, incluso en momentos de incertidumbre, que sirven de referencia a agentes y a las propias administraciones territoriales. La AIReF, además, también realiza proyecciones a largo plazo para profundizar en la sostenibilidad de las administraciones públicas. En una situación como la actual, sin presupuestos, la institución fiscal transparenta y aporta calidad, ayudando a centrar el debate; informa a la opinión pública con objetividad e independencia, facilitando que el ciudadano tenga elementos para formar su propio juicio; hace recomendaciones que fuerzan a los gobiernos a tener que dar explicaciones; y pone sobre la mesa datos que pueden reducir la incertidumbre.
Herrero analizó también el impacto presupuestario de la prórroga de los presupuestos de 2023, vigentes por segundo año consecutivo. Señaló que, aunque la prórroga pudo tener un efecto restrictivo sobre el gasto en 2024, en 2025 el comportamiento está siendo distinto, lo que apunta a un uso más intensivo de los mecanismos de flexibilidad previstos en la Ley General Presupuestaria. A su parecer, esta mayor dependencia de instrumentos excepcionales refleja la pérdida de adecuación del presupuesto a la realidad económica conforme avanza el tiempo sin aprobar nuevas cuentas. De esta forma, los presupuestos dejan de ser una guía de política económica y se transforman en un marco que se corrige de forma continua, reduciendo la transparencia y la capacidad de planificación.
Asimismo, puso de manifiesto que, pese al carácter restrictivo que puede tener la prórroga presupuestaria, el gasto computable a efectos de la regla de gasto creció en 2024 un 6,8%, por encima del 2,6% que fijaba la tasa de referencia. Para 2025, la AIReF prevé que crezca un 6,5%, frente al 3,2% comprometido.
La economía española, según detalló, ha contado con factores que han mitigado parte de estos efectos, como como el dinamismo de los ingresos públicos, impulsado por el crecimiento económico y la retirada de medidas extraordinarias, así como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que ha permitido mantener un volumen elevado de inversión. Sin embargo, advirtió de que estos recursos europeos son temporales y que, una vez agotados, será necesario definir una estrategia fiscal clara a medio plazo.
Finalmente, la presidenta repasó las previsiones fiscales más recientes de la AIReF, que el déficit público en el 2,6% del PIB en 2025. Asimismo, avanzó que la institución revisará al alza sus previsiones macroeconómicas en el próximo informe. A pesar de la mejora de la situación global, advirtió de un crecimiento del gasto primario neto de medidas discrecionales de ingresos, variable clave en la supervisión tras la entrada en vigor del nuevo marco fiscal, que obligará a adoptar medidas de ajuste en los años 2027 y 2028 para cumplir lo acordado con las autoridades comunitarias. Y esto, según sus palabras, pasa por implicar a todas las administraciones y contar con un marco institucional sólido que defina claramente el sistema de coordinación, las responsabilidades de cada administración y las implicaciones de sus posibles desviaciones.