En concreto, desde la patronal de la gran distribución, han estimado en 461 millones de euros el coste económico de esta medida, si no se respeta el actual convenio, según un comunicado. Además, desde ANGED, calculan que los costes laborales de las principales cadenas de supermercados pueden llegar a subir el 5,8%, tras perder 24,2 millones de horas de trabajo anuales. En concreto, estiman que el impacto de la reducción de jornada para el comercio minorista puede llegar a 2.888 millones de euros.
La economista jefe de ANGED, Fernández, ha apuntado que las empresas que representan «van a asumir el 16% del coste total de la reducción de la jornada, debido a que prácticamente toda su plantilla la conforman asalariados frente al conjunto del comercio, donde un 25% son autónomos y no se ven afectados por la medida». En este sentido, Fernández también ha señalado hacia la factura en términos de productividad, especialmente para las pymes. «La productividad en las grandes empresas del sector es un 21% superior a la media del comercio minorista y esta brecha puede ampliarse con la reducción de jornada ya que las pymes tienen menor capacidad para anticipar y flexibilizar los turnos de personal», ha apuntado la representante de ANGED quien ha recordado que el 97% de las empresas dedicadas a la distribución tienen menos de 10 trabajadores. Cambia las reglas de juego para todos los sectores»
Desde esta organización empresarial creen que las negociaciones alrededor de la reducción de jornada, que puede no contar con el apoyo de la patronal, «cambia las reglas de juego para todos los sectores». En seten sentido, en ANGED sostienen que esto impacta especialmente en sectores como el suyo que «han buscado fórmulas que permitan la conciliación profesional y familiar sin pérdida de capacidad productiva para las empresas».
Como ejemplo de lo anterior, mencionan el último convenio colectivo de grandes almacenes que se pactó en 2023. Al respecto, recuerdan que contó con el aval del 98% de las organizaciones sindicales (Fetico, Valorian, Comisiones Obreras y UGT) y que el mismo mantenía la jornada en 1.770 horas anuales «a cambio de unos incrementos muy importantes» que cifran en un 17% durante el periodo de vigencia. Además, destacan que se contemplan también medidas de conciliación como la planificación trimestral, limitación del trabajo en domingos y festivos, así como otras medidas como unos «descansos de calidad» que consideran que están por encima de todo el sector, entre otros.
Desde ANGED creen que el convenio ofrece suficientes recursos para «anualizar» la jornada y que las empresas pueden poner en marcha mecanismos de flexibilidad, para reducir de forma efectiva la jornada de sus trabajadores en los momentos de menor actividad «sin perder por tanto productividad». Además, han recordado, que la presencialidad en las tiendas es muy relevante en actividades como el comercio. En esta línea, concluyen que se necesitan «fórmulas flexibles para adecuar la organización del trabajo a los ciclos de mayor afluencia de clientes».