Pero también han insistido en que esto no significará que comience una ronda de rebajas. Una opinión compartida con los estrategas de Bank of America que, sin embargo, no descartan otra bajada en octubre.
«Aunque no vemos realista pensar en recortes consecutivos en junio y julio, no estamos dispuestos a descartar otro recorte en octubre», explica Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de la entidad. Esta tesis viene motivada porque el BCE está estableciendo una clara distinción. «Las próximas decisiones consisten en moderar el ritmo, no necesariamente en iniciar un ciclo de recortes propiamente dicho. Este es el tipo de proceso de decisión en dos fases que hemos venido señalando», remarca el experto. Esto es, una primera fase relacionada con si la política puede hacerse algo menos restrictiva, es decir, el comienzo de la «moderación», que abarca junio y las reuniones inmediatamente posteriores.
«Y luego, al cabo de un tiempo, podrán decidir si van hasta el punto muerto (o más abajo si tardan demasiado en llegar al convencimiento) y a qué velocidad. Para nosotros, esto no es coherente con que el BCE recorte en reuniones consecutivas a menos que los datos les obliguen a hacerlo. Por lo tanto, vemos pocas posibilidades de que se produzca otro recorte en julio», añade Segura-Cayuela.
Y es que creen que los recortes consecutivos requieren cierta sensación de urgencia. «Esto puede venir bien por unas perspectivas de crecimiento mucho más débiles de lo que todos esperamos, bien por la constatación o la convicción de que la inflación sigue por debajo del objetivo. De ahí la aceleración del ciclo de recortes en diciembre», subrayan desde la firma. Aunque los analistas de BofA no quieren deshechar la posibilidad de que las previsiones de los expertos del BCE de septiembre ya incorporen con cierta convicción ese «subimpulso», abriendo la puerta a un recorte adicional en octubre.
En este sentido, la encuesta trimestral sobre préstamos bancarios que se dará a conocer días antes de la reunión de octubre podría proporcionar una justificación adicional para dicha bajada si muestra una intensificación de la transmisión de la política monetaria restrictiva a las condiciones de préstamo. Con todo, el ritmo que imprima el BCE a los descensos de tipos también vendrá definido por la actuación de otro banco central: la Reserva Federal (Fed) de EEUU. De cualquier forma, parece claro que los analistas dudan sobre los siguientes pasos del BCE y se andan con tiento al pronosticar la senda por la que discurrirá la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU.
Sobre la próxima reunión del Consejo de Gobierno del BCE «ya está todo dicho», subraya Kastens, economista para Europa de la gestora alemana DWS «lo que importa aún más es el camino a seguir» a partir de ese momento. «El mercado tiene ya previsto que el BCE recortará los tipos la próxima semana, aunque lo que venga después será más difícil de comunicar para el banco y de valorar para los mercados», señala en la misma línea Orla Garvey, de Federated Hermes.
Según Kastens, «algunos banqueros centrales tienen en mente nuevos recortes rápidos de los tipos de interés y es posible que ya estén a favor de otra reducción en julio, mientras que otros prefieren un enfoque más prudente».
La economista de DWS apuesta por la opción más prudente teniendo en cuenta la subida de los salarios en Europa y la estabilidad del mercado laboral.
«Frente a esta incertidumbre en la evolución de la inflación, es probable que prevalezcan el tono ‘hawkish’ (partidario de una política monetaria restrictiva)», aventura, según apunta la agencia Efe.No obstante, DWS mantiene su previsión de tres recortes de tipos adicionales hasta finales de marzo de 2025.
Según Garvey, se han logrado «avances significativos» en el control de la inflación, pero «es probable que la trayectoria en el futuro sea más turbulenta».
En cuanto a la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU, que celebrará su próxima reunión en la segunda semana de junio, persisten las dudas. Para Kenwell, analista de la plataforma de inversión eToro, los datos de inflación conocidos el viernes «dan confianza a los inversores de que la Fed podrá comenzar a recortar tipos». No obstante, precisa que la Reserva Federal «necesitará más de un mes de inflación controlada para dar el paso». La Fed «necesitará ver una tendencia sostenible hacia una menor inflación para sentirse lo suficientemente segura de bajar tipos», explica.
«A principios de este año, muchos inversores estaban convencidos de que la Fed reduciría los tipos de interés cuatro veces hasta finales de 2024. En aquel momento, me pareció una ilusión; hoy, teniendo en cuenta que la inflación ha superado las previsiones, me parece aún más improbable», apunta Spence, economista de Capital Group.