Esta solicitud queda pendiente de que Ouigo demuestre que la llegada de estos nuevos servicios no afectarán a las cuentas de los servicios de media distancia subvencionados por el Estado que presta Renfe.
Las intenciones de Ouigo pasan por extender hasta Valladolid los servicios que actualmente unen Alicante y Madrid, tratando de lograr un mayor aprovechamiento de su flota, compuesta por 14 trenes y que se extenderá a 16 el año que viene. De esta forma, la nueva ruta contará con dos servicios diarios por sentido con parada en Segovia, que estarán ligados a los horarios que actualmente tiene en su ruta hacia el Mediterráneo.
Para ello, el pasado 21 de mayo elevó a Adif y a la CNMC una propuesta para extender sus servicios comerciales, en virtud del proceso de liberalización del sector vigente en España. La resolución de Competencia obliga a Adif a adjudicarle capacidad —surcos horarios para que sus trenes puedan circular— antes del 10 de octubre. Sin embargo, Adif respondió que no podía conceder nada hasta que la CNMC no concluyese la prueba de reequilibrio económico. La respuesta no gustó a Ouigo, que recurrió ante el organismo supervisor. Esta prueba establece que los servicios comerciales en trayectos que coincidan con rutas catalogadas como «obligación de servicio público» no deben afectar a más del 1% de los ingresos que recibe el operador que los gestiona actualmente, en este caso Renfe. Las últimas cuentas de la empresa pública resaltan que los ingresos derivados de estos servicios OSP ascendieron a 552 millones de euros, por lo que el perjuicio sobre las ventas de Renfe debería ser superior a 5,5 millones al año.