La idea de Trabajo era llevar la votación de las enmiendas a la totalidad, el primer trámite parlamentario de la ley, al pleno extraordinario del próximo 22 de julio. Fuentes de Trabajo consideran que no se dan las “condiciones objetivas” para afrontar el debate “más importante de la legislatura”. Ven contraproducente que se produzca “en un marco de clima de corrupción” y opinan que la conversación giraría en torno a “elementos externos” a la reducción de jornada. Es decir, que las posiciones de los partidos se interpretarían como “si se apoya o no al Gobierno” en vez de sobre la medida en sí. En resumen, “un secuestro del debate parlamentario”.