El Banco Central de Egipto, que ya había elevado las tasas en 200 puntos básicos en febrero, ha justificado la decisión en la necesidad de llevar la tasa de interés real a territorio positivo, a pesar de reconocer que una postura más estricta podría dar lugar a una contracción a corto plazo del crecimiento real del crédito del sector privado, aunque ha considerado que la persistencia de presiones inflacionarias excesivas plantea mayores riesgos para la estabilidad.
«Con este fin, se compromete a continuar la transición hacia un régimen flexible de objetivos de inflación. Para garantizar una transición fluida, seguirá teniendo como objetivo la inflación como su ancla nominal, permitiendo que el tipo de cambio sea determinado por las fuerzas del mercado», ha explicado la institución, destacando la importancia de unificar el tipo de cambio con el cierre del diferencial entre el mercado de tipos de cambio oficial y el paralelo.
Tras el anuncio de la subida de los tipos de interés, el tipo de cambio de la libra egipcia se devaluaba a mínimos frente al dólar, llegando a cambiarse cada ‘billete verde’ por hasta 50,7509 libras, con una subida del 60% respecto del cruce de ayer.
Permitir un tipo de cambio flexible de la divisa para que fluctúe en función de las fuerzas del mercado era una condición necesaria para desbloquear el acceso a la financiación del FMI, algo sobre lo que podría llegarse a un acuerdo este mismo miércoles, según prensa local.
En este sentido, los medios egipcios informaban de que un equipo de la institución internacional se halla en El Cairo esta semana y el nuevo pacto podría aumentar el volumen de fondos disponible hasta los 10.000 millones de dólares (9.213 millones de euros) desde el actual acuerdo de 3.000 millones de dólares (2.764 millones de euros).