El riesgo es bajo o muy bajo en el 62% del tejido sectorial y moderado en el 16%. El peor comportamiento financiero se registra entre las empresas fundadas en la última década. El 32% de las empresas de ese segmento presentan riesgo máximo o elevado de impago. Entre las firmas entre los 10 y los 25 años de antigüedad este ratio se sitúa en el 18% y cae hasta el 15% entre las de más de 25 años.
En cuanto a la distribución territorial, Madrid (12%), Barcelona (10%), Castellón (8%), Valencia (7%) y Alicante (5%) son las provincias con más empresas de materiales de construcción. Teniendo en cuenta las provincias cuyo peso representa al menos el 3% del sector, el ratio de empresas en riesgo máximo o elevado de incumplir sus pagos está por encima de la media en Madrid (37%), Castellón (28%), Valencia (25%) y Málaga (24%). Los mejores ratios se registra en Alicante (17%), A Coruña (18%), Murcia (19%) y Sevilla (20%).
La distribución por tamaños empresariales muestra la atomización de un sector donde la presencia de grandes y medianas empresas es testimonial: un 67% son microempresas, un porcentaje que asciende al 94% si añadimos también a las pequeñas. Las empresas de menor tamaño tendrán mayores dificultades para poner en marcha las estrategias específicas para avanzar en la próxima década en aspectos clave como la digitalización, la sostenibilidad y la descarbonización, junto con el uso de nuevos materiales.
El sector de materiales de construcción enfrenta importantes desafíos en su desarrollo, principalmente derivados del impacto de los nuevos aranceles sobre materiales como el acero y el aluminio. Su ciclo de demanda está fuertemente pegado a las necesidades cambiantes de la construcción. A eso se añaden los altos costos de sus aprovisionamientos, en un contexto de elevada inflación.