Pero eso, parece importarle poco, a don Pedro que se limita a sobrevivir, semana tras semana sin contestar a una sola de las preguntas a las que le someten los lideres o portavoces de los distintos grupos. Así a lo máximo que se aspira es a que las preguntas de unos y otros respondan a ciertas inquietudes de los ciudadanos y poco más.
En este ambiente la nueva sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, no ha decepcionado, ya que no ha faltado como cada semana el enfrentamiento dialéctico entre el presidente del Ejecutivo y el líder del PP. Tampoco han decepcionado los intercambios de preguntas y respuestas entre la portavoz popular, Muñoz, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, pasando por el habitual rifirrafe entre el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes y la diputada popular, Álvarez de Toledo.
Pero este miércoles, una de las intervenciones que más interés ha despertado ha sido la de la portavoz de Junts, Nogueras, quien ha avisado a Sánchez, de que «se debería hablar menos de cambios horarios y empezar a hablar de la hora del cambio». Nogueras ha asegurado que «hay mucha gente que está hasta las narices de no llegar a fin de mes» mientras los autónomos tienen -ha dicho- que cerrar sus negocios, a lo que Sánchez ha contestado que su Gobierno ha sido el que más ha hecho por este colectivo en toda la democracia.
El problema de estas curiosas afirmaciones es que la credibilidad política de Junts y en paralelo la de su jefe Puigdemont, es tan escasa que las amenazas terminan por dar hasta pena. Llevan años amenazando con la misma técnica, y , aunque sus votos son necesarios para el sanchismo, ya se sabe que nunca van a echarle de La Moncloa, así que amenazas, las justas, porque si se quedan sin él, adiós a todas sus posibilidades de regresar en olor de multitudes.
Previamente, en su enfrentamiento con el líder de la oposición, Sánchez, ha negado que el PSOE se haya financiado ilegalmente con él al frente de la secretaria general del partido y ha rechazado las acusaciones de Núñez Feijóo, quien lo ha tildado de «presidente de la corrupción».
El tradicional cara a cara ha estado marcado por esas acusaciones y los datos económicos, pero también por el lapsus que tuvo este martes la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, al decir en el Senado que había «gobierno de corrupción para rato».
Y la verdad, si lo de la financiación huele a chamusquina, lo que si parece cierto es que no se trata de un lapsus, sino de la constatación de un hecho irrefutable.