El jefe del Estado no ha querido pasar de puntillas por la fase de recrudecimiento en la región, coincidiendo con el primer aniversario de masacre que Hamás perpetró en suelo israelí y que derivó en una cruenta respuesta por parte de las autoridades hebreas.
Desde el Palacio Real de Al Husseiniya, erigido en 2006 por orden de su hijo, el actual rey Abdalá II, Felipe VI ha asegurado, a puerta cerrada, que ha aterrizado en Jordania “con el corazón encogido”debido al contexto tan difícil para Jordania y toda la región porque, ha dicho, es “inaceptable” que “de nuevo aquellos que optan por la guerra en vez de por la paz cambian el destino de millones de inocentes, acaban con sus vidas mientras que redibujan fronteras y desplazan poblaciones”. Unas palabras contundentes en las que el Monarca ha mostrado su solidaridad con las víctimas inocentes del conflicto isarelo-palestino y también con otros conflictos como la invasión rusa de Ucrania.
El Rey ha pronunciado estas palabras tras el recibimiento oficial en el Palacio Real jordano donde se ha reunido por primera vez desde que llegó de manera oficial con el Rey Abdalá II. Allí ha mantenido un encuentro bilateral con el monarca hachemita y un almuerzo de trabajo antes de abandonar el país y poner rumbo a España tras 24 horas en la capital jordana, Amán.
A continuación, el Jefe del Estado español, ha vuelto a agradecer al pueblo jordano su solidaridad y su papel de mediador en la región, un rol que lleva ejerciendo desde hace décadas. Históricamente, Jordania ha sido uno de los principales valedores de la causa palestina y ha ejercido un papel fundamental como valedor de la paz y ha trabajado constantemente como mediador y auspiciador de conferencias internacionales de paz en aras a poner fin a este conflicto enquistado ya durante decenas de décadas. Es, por ello, que el Rey Felipe VI ha puesto hincapié en España y Jordania “están unidas por un anhelo compartido de paz y una visión común de prosperidad para la región, arraigada en la convicción de que la única salida posible a este ciclo interminable de violencia reside en dos Estados, Israel y Palestina, que convivan en paz y estabilidad”.
Cabe recordar que el Gobierno español el pasado mes de mayo, en una decisión histórica, reconoció al Estado de Palestina junto con otros países europeos como Noruega e Irlanda. De hecho, este viaje, que decidió el Ejecutivo – que es quien dirige la política exterior de España- es un respaldo a esta postura. Durante su alocucción, el Rey parafraseó las recientes declaraciones de Abdalá en la Asamblea General de la ONU cuando pidió que ambos pueblos, tanto el israelí como los palestinos, “merecen vivir sus vidas con dignidad, libres de violencia y medio”.
A renglón seguido, Don Felipe elogió su “incansable esfuerzo” por llevar ayuda a quienes la necesitan, “que España seguirá apoyando” -apostilló- pero también por “la compasión con la que Jordania ha abierto sus puertas a quienes huyen del flagelo de la guerra”. Unas palabras que el Rey Abdalá escuchó con atención y agradeció, dado el momento sensible por el que atraviesa el país jordano que está afectando especialmente a su sector turístico, unas de sus principales motores económicos. En este sentido, el Monarca español ha hecho hincapié en que la relación bilateral está basada en la agenda para el Mediterráneo así como la vecindad sur. “Tenemos que seguir nutriendo nuestra relación”, ha aseverado el Monarca. En este punto, Don Felipe se refirió al acuerdo de colaboración entre la ciudad histórica de Petra y la Alhambra. En concreto, el pasado mes de septiembre el Director General del Patronato de la Alhambra y Generalife y el Chief Commissioner Board of Petra Development and Tourism Region Authority firmaron un Protocolo General para desarrollar la colaboración y cooperación entre ambas instituciones, que incluye medidas como la conservación del patrimonio histórico mediante el intercambio de conocimientos y el desarrollo de normas de conservación, además, del intercambio de información sobre programas y eventos culturales.
El Rey acudió al palacio de Husseiniya tras visitar por primera vez un campo de refugiados palestino, en concreto el de Baqa’ a. En una nación con más de once millones de personas de población, se calcula que 2,5 millones son originarios de Palestina. Además, otros 400.000 estaría sin censar. Su situación geográfica unida a su estabilidad política, han convertido al reino hachemita en el principal receptor de refugiados de la región: desde la década de los 40, principalmente palestinos y desde 2011, de sirios que huyeron como consecuencia del conflicto armado. En concreto, el Rey conoció los programas que la cooperación española financia, a través de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), para contribuir a mejorar las condiciones de vida en los campos de refugiados. El Ejecutivo española ha contribuido, entre 2021 y 2024, con 3,25 M€ para este proyecto. Cabe recordar que tras el atentado de Hamás, la UNRWA asistió a una reducción de los fondos por parte de muchos países internacionales mientras que España siempre mantuvo su aportación y, de hecho, la aumentó.
Durante su visita a este asentamiento, que en los años 40 y 60 estaba formado por tiendas de campaña pero que con el tiempo ha tomado forma de colonia, el Rey conoció las instalaciones educativas en las que más de 2.500 niñas reciben educación. Se trata de un centro en el que la mayoría pertenecen a la tercera generación de refugiados, ya que sus abuelos huyeron de los dos primeros éxodos, 1948 y 1967, respectivamente. Estas niñas, pese a haber nacido en Jordania, mantienen sus estatus de refugiado y gracias a la educación que reciben confían en que en un futuro puedan conseguir la nacionalidad para poder optar a un buen trabajo. El objetivo fundamental de la cooperación española en este campo es contribuir a la mejora de las condiciones de vida de la población y facilitar el acceso a la justicia para gestionar la documentación necesaria para trabajar, además, de sensibilización y lucha por la igualdad de género.