Parecería ser que Oliu, presidente de Sabadell ya ha contactado con el BdE al respecto buscando el apoyo que una operación como esa requiere. Por otra parte, González-Bueno, consejero delegado de Sabadell, reconocía en la presentación de resultados anuales de la compañía que había habido «muchas conversaciones externas» sobre la vuelta de la sede social del banco a Cataluña, pero también «nada nuevo en este momento». De igual modo, el CEO de la entidad catalana indicó que no había conversaciones para la venta de TSB (filial británica) ni tampoco para compras, aunque «si hubiese algo en venta, lo miraríamos».
Los analistas de ambos bancos destacan varios factores a favor de esta operación. Por ejemplo, los perfiles complementarios de ambos bancos: uno más centrado en empresas (Sabadell), otro en banca de particulares (Unicaja); Sabadell con más presencia en el litoral mediterráneo y la cornisa cantábrica, Unicaja con fuerte presencia en Andalucía y las regiones colindantes. También permitiría que ambos bancos ganasen cuota de mercado y tamaño, consiguiendo un efecto similar al de la fusión de CaixaBank, creando a su vez, una entidad valorada en cerca de 18.000 millones si recuperasen su valor en libros.
Sin embargo no es oro todo lo que reluce y la operación no deja de ser compleja La primera de ellas que, parece Unicaja acaba de superar su larga crisis y ha remodelado su Consejo de Administración, con Sevilla y Rubiales al frente cuya gestión puede dar mucho de sí. A su vez, la fiscalidad de la Fundación Unicaja plantea problemas adicionales al controlar un 31% del capital, porcentaje necesario para beneficiarse de la pertenencia fiscal.