Esta es la principal conclusión extraída del libro ‘Todo es terrible, pero yo estoy bien’, del profesor del IESE, Nueno, y editado por Aecoc, donde se explica que este saldo negativo se sufraga con ahorros, créditos y con la red de apoyo familiar.
Otro factor clave para Nueno será la evolución del ahorro, que durante la pandemia subió hasta el 21% y que actualmente ha caído hasta el 9%, lo que ha calificado como «un problema».«La pérdida de poder adquisitivo se nota especialmente en las rentas más bajas, que son las que más están recortando sus gastos (-3,8%)», ha añadido.
El profesor también recuerda que, quitando el efecto inflación, la mayoría de las categorías de consumo caen en volumen de compra, lo que afecta a los márgenes de los fabricantes y de los ‘retailers’.No obstante, Nueno ha afirmado que la evolución del mercado laboral tendrá un «efecto positivo» en el consumo, ya que la creación de empleo permitirá que gente más joven se incorpore al mercado laboral y tenga ingresos con los que gastar.
«Esto impulsará diferentes categorías de pequeño gasto, como la restauración, los viajes ‘low cost’ o la moda, que están en crecimiento, en parte, por la incorporación de estos consumidores».