Los seis grandes bancos que operan en España y cotizan en Bolsa registraron un beneficio conjunto de 26.355 millones de euros en 2023, cifra récord y un 25,6% superior al de 2022. Mientras, pagaron por el impuesto extraordinario, aplicado sobre los resultados de 2022, un total de 1.109,8 millones.
Por entidad, en cuantía, la que más abonó fue CaixaBank con 373 millones, que representan el 7,7% de su beneficio. La entidad anotó unas ganancias de 4.816 millones, con un incremento del 53,9% respecto a 2022, pero no llegó a superar el récord registrado en 2021 de 5.226 millones por la fusión con Bankia.
Después de CaixaBank, el Santander fue el siguiente que más abonó por el impuesto, 224 millones que representan el 2% de su beneficio. El banco presidido por Ana Botín ganó 11.076 millones en 2023, un 15,3% más y cifra récord.
BBVA también obtuvo el año pasado el mayor beneficio de su historia, con 8.019 millones, un 22% más, y pagó por el impuesto 215 millones, que pesan un 2,7%.
El Sabadell abonó 157 millones por el gravamen extraordinario, que supusieron un 11,8% de su beneficio. Éste se situó en 1.332 millones, superando por primera vez los 1.000 millones para un año completo, y con un crecimiento del 55,1%.
Por su parte, Bankinter pagó 77 millones por el impuesto, equivalentes a un 9,1% de sus 844,8 millones de beneficio obtenido en 2023, también cifra récord sin tener en cuenta el impacto de la escisión de Línea Directa en 2021 y un crecimiento del 50,8%.
Por último, Unicaja fue la entidad que menos abonó por el impuesto, 63,8 millones. Sin embargo, le supuso más que al resto, en concreto, el 23,9% de su beneficio, que se situó en 267 millones, un 4% menos. De hecho, el banco destacó cuando dio a conocer sus resultados que, sin el gravamen, habría ganado 330 millones, un 19% más.
El impuesto a la banca grava el 4,8% de los ingresos por margen de intereses y comisiones netas generadas en España para aquellas entidades que cerrasen 2019 con más de 800 millones por ambos conceptos. El Gobierno lo ha prorrogado por un año más y lo revisará, junto al de las energéticas, “para su integración en el sistema tributario en el propio ejercicio fiscal 2024”, según se recogió en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en el decreto de prórroga de las medidas anticrisis del pasado 28 de diciembre. Con ello, muestra su intención de hacerlo permanente.
Las grandes entidades ya han adelantado cifras sobre cuánto tendrán que pagar por el impuesto este año con cargo a los resultados de 2023 y se acercará a los 1.500 millones. Así, será una cuantía más elevada en consonancia con los incrementos, principalmente, en el margen de intereses, que han cosechado por el efecto de la subida de los tipos de interés. En suma, las seis entidades cotizadas aumentaron un 19,9% el margen de intereses en 2023, hasta los 84.752 millones, y los ingresos por comisiones netas crecieron un 3,8%, hasta los 24.546 millones.
El Gobierno se había propuesto recaudar unos 3.000 millones con este impuesto en el horizonte temporal de dos años, como se planteó inicialmente, con la finalidad de contribuir a financiar las ayudas sociales por el alza de la inflación y los tipos de interés y con el argumento de que las entidades estaban registrando unos «beneficios extraordinarios» por los mayores tipos de interés.