Aunque se prevé que la demanda alcance los 102,1 millones de barriles diarios (bpd), el organismo de control energético con sede en París ha rebajado su previsión por primera vez este año, en 220.000 barriles diarios (bpd), a los 2,2 millones de bpd. «Los persistentes vientos macroeconómicos en contra, aparentes en una profundización de la caída de la manufactura, nos han llevado a revisar nuestra estimación de crecimiento para 2023 a la baja por primera vez este año», ha señalado la AIE en su último informe mensual del mercado petrolero.
El organismo también ha añadido que «la demanda mundial de petróleo se ve presionada por el difícil entorno económico, entre otras cosas por el drástico endurecimiento de la política monetaria en muchos países avanzados y en desarrollo».
La AIE ha indicado, además, que China representará más de dos tercios (70%) del crecimiento de la demanda este año, ya que la recuperación de su economía tras la pandemia se acelerará, sobre todo en los últimos meses del año, y la demanda en los países desarrollados, y especialmente en Europa, seguirá siendo moderada.
De cara al próximo año, la AIE espera que el crecimiento de la demanda se desacelere a 1,1 millones de barriles por día, «a medida que la recuperación pierda impulso y se afiancen medidas cada vez mayores de electrificación y eficiencia de la flota de vehículos».